Una gran pena

Agnus Dei, Peñalosa

¡Feliz martes! A pesar de que el título parece indicar que te voy a poner una música quejumbrosa creo que no es el caso. Y ello porque no puede ser más luminosa y llena de vida, aunque con toda la profundidad y concentración que requiere la más grandes de las polifonías. O, por decir mejor, de nuestras polifonías ya que te traigo hoy uno de nuestros grandes maestros, poco a poco puesto en su lugar.

Talavera de la Reina

Se trata de Francisco de Peñalosa (c. 1470-1528), compositor español nacido en la localidad toledana de Talavera de la Reina. En 1498 entró a servir como músico de la capilla del rey Fernando el Católico y luego se hizo cargo de dicha capilla, como maestro, hasta que el monarca falleció en 1516. Su calidad como polifonista (el más importante de su época) le llevó a tierras italianas, concretamente a Roma, para convertirse en uno de los compositores favoritos del papa León X. Mientras trabajaba para el rey fue nombrado también canónigo de la catedral de Sevilla y compatibilizó ambos cargos. Luego fue nombrado arcediano en Carmona pero nunca se desvinculó de su relación con la catedral en la que contribuyó decisivamente a la formación de Cristóbal de Morales, de quien fue maestro. El estilo de Peñalosa parte del de Josquin pero con una mayor carga emocional y expresividad. Por tanto, es el perfecto punto de partida para que luego retomase y desarrollase el camino Tomás Luis de Victoria. Entre su música destaca tanto la producción secular (muy importante) como la religiosa.

Ejemplo de ella es su impresionante Misa «Nunca fue pena mayor» de la que vamos a escuchar su agnus dei. Es la obra cumbre de toda la producción de Peñalosa y es una de las obras más importantes (españolas y europeas) anteriores a las que compuso Cristóbal de Morales. Se basa en un villancico secular del mismo nombre de Juan de Urrede. Mientras que la composición de Urrede es a tres voces, Peñalosa compone la suya para cuatro y fue publicada hacia 1503. Podría haber sido compuesta para una celebración real y en ella exprimió todo su arte de forma que estamos ante la que es su obra más «flamenca», dando la impresión de que el compositor incluso quisiese responder a algún tipo de concurso, para demostrar cómo había asimilado las técnicas imperantes en la época. Toda una maravilla, que nos deja sin palabras.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí (página 24 del pdf).

La interpretación es de Les Sacqueboutiers y el Ensemble Gilles Binchois dirigidos por Dominique Vellard.

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