No creo que se enfade nadie si digo que nuestro compositor de hoy es el más grande de entre los que ha producido España en toda la historia de la música. No solo es una opinión mía sino unánime entre musicólogos y entendidos. Sus obras no solo tienen la mayor calidad sino que influyeron en otros compositores tanto de su época como posteriores. Si te apetece, te invito a que conozcas a este genio de las notas en España.

Me estoy refiriendo a Tomás Luis de Victoria (1548-1611). Nació en Ávila y allí comenzó sus estudios musicales, pero donde adquirió una plena maestría fue tras su estancia en Italia. En el Colegio Germánico de los jesuitas estuvo de cantor y es posible que durante su estancia allí conociese a Palestrina. Posteriormente, en ese lugar fue maestro de música. Posteriormente, ya consolidado, regresó a España, concretamente a Madrid, donde estuvo al servicio de la emperatriz María, hija de Carlos V y viuda de Maximiliano II, en el Convento de las Descalzas Reales de Santa Clara.

Tomás Luis de Victoria está considerado como uno de los mejores polifonistas de la historia, junto con Palestrina. Sus motetes y misas tienen una intensidad fuera de lo normal, y son comparable por calidad a los de los otros dos grandes: el ya citado Palestrina y Lassus. Sus Oficios de Difuntos y de Semana Santa están considerados como obras capitales en la historia.

Como comentario al margen, te diré que hace tiempo vi unos folletos por la calle en la que se ofrecían unos cursos de relajación alcanzándose esta escuchando el Oficio de Difuntos de Victoria. No pude más que echarme a reír. Si hablamos del Oficio de 1603 Victoria no lo compuso precisamente para relajar a nadie. Fue compuesto para los funerales de su protectora la emperatriz María, que tuvieron lugar en Madrid en ese año.

Hoy te traigo el motete O quam gloriosum, a 4 voces, publicado en 1572 y compuesto para la Solemnidad de Todos los Santos. Sobre ese motete el mismo Victoria publicó una misa con el mismo nombre en 1583 (es lo que se llama una "misa parodia", aunque el término no tiene nada que ver con algo cómico). El texto del motete es el siguiente:

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¡Oh! Cuán glorioso es el reino
en el que todos los santos se alegran en Cristo,
vestidos de blanco,
y siguen al Cordero allí adonde va.
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Aquí tienes esta fantástica obra interpretada por el Coro Monteverdi dirigido por John Eliot Gardiner.