La grandeza serena de Schubert

Schubert destaca por una música inspiradísima y una melodía de lo más memorable. Sus múltiples lieder así lo demuestran pero también sus sinfonías, su obra para piano, su música de cámara y, cómo no, su música religiosa. ¡Te invito a que hoy disfrutes un ratito con una delicia schubertiana!

Franz Schubert (1797-1828) es un compositor austríaco que se considera puente entre la música del clasicismo y la romántica. Desde niño demostró ser un prodigio en la composición. Ya en su época madura, en Viena, hizo las delicias del público con sus obras pianísticas y sus lieder para voz y piano, de primera clase en su género. A la vez que componía obras de cámara (favoritas del público de los salones vieneses de la época), también dio a luz sinfonías y misas. Se consideraba un profundo admirador de Beethoven.

Entre estas está la llamada Misa alemana (compuesta en 1827 y con el número de catálogo D.872). Si bien no puede decirse que reúna el estilo schubertiano más inspirado no deja de ser un prodigio de religiosidad. Aunque parece más bien una colección de himnos, el acompañamiento de las voces y la textura cristalina no deja de sorprender cuando se oye.

Aquí tienes el Santo de la misa (en alemán "Heilig, heilig, heilig"). Está interpretado por la Coral Santiago Apóstol.

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