Los magos vinieron de oriente

Ab oriente, Sweelinck

¡Feliz martes! Alrededor de la solemnidad de la Epifanía (6 de enero) hay una gran cantidad de música compuesta. Es uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la humanidad (para nosotros los cristianos) y por eso ha generado un amplio abanico de composiciones. Hoy disfrutaremos de la música de un maestro que no es conocido tanto por sus obras vocales sino por las instrumentales, concretamente para teclado.

Jan Pieterszoon Sweelinck

Nos visita hoy Jon Pieterszoon Sweelinck (1562-1621), maestro holandés nacido en Deventer. Creo que no hay duda en calificarlo como el mejor compositor holandés para teclado de finales del renacimiento y principios del barroco. Entre sus notables alumnos nos encontramos con Hasse, Scheidt o Praetorius. Recibió su primera instrucción de su padre, que era organista en Ámsterdam. A finales de la década de 1570 él mismo era organista allí, pero en un puesto más civil que religioso. Ya casado, era considerado uno de los mejores pedagogos musicales europeos y por ello  cobraba unos nada desdeñables ingresos. Se fueron publicando sus obras vocales pero las de teclado, mucho más significativas, no llegaron a publicarse en su vida. Su vida transcurrió prácticamente por completo en Ámsterdam y su querida Oude Kerk. Parece ser que se hizo muy amigo de John Bull, quien había abandonado Inglaterra, se había establecido en Bélgica pero visitaba frecuentemente Holanda.

Escuchemos su motete titulado Ab oriente. Fue publicado en 1619 (dentro de su colección Cantiones Sacrae) y, como decía en la introducción, está compuesto para el día de la Epifanía. Ese día está lleno de imágenes, de exotismo, con esos magos visitando al niño Jesús. Todo ello lo describe magistralmente Sweelinck. La obra tiene un bello sonido agudo gracias a la presencia de dos sopranos y un resto de voces que no descienden demasiado. Si, como yo, has escuchado más frecuentemente música de Sweelinck para teclado, te sorprenderá el abigarrado contrapunto que utiliza con maestría. Aunque el holandés aún se mantiene en la llamada prima pratica, el sutil cromatismo le da un sabor muy especial.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Theatre of voices.

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