¿Una manita de cartas?

Juego de Cartas, Stravinsky

¡Feliz lunes! Puede ser buena idea empezar relajarnos jugando a las cartas. Está claro que un lunes no es mejor día para ello pero, ¿por qué no? Puedes sacar un ratito, por lo menos para acercarte al juego desde el punto de vista musical. Es lo que te propongo hoy: que por lo menos hagas un hueco en tu ajetreada vida para ver cómo podemos jugar a tu juego de cartas preferido pero acompañado de música.

Igor Stravinsky

Esa música fue compuesta por Igor Stravinsky (1882-1971), compositor ruso nacido en Oranienbaum. Es de esos compositores que pueden llamarse sin duda innovadores, en este caso a lo largo de toda su carrera de casi siete décadas. De la obra de Stravinsky destacan tres características: la armonía, el ritmo y su polifacetismo. Los inicios del maestro se basan en el nacionalismo ruso pero de ahí llegó a pasar al neoclasicismo e incluso al dodecafonismo, de forma que su estética solo puede calificarse de cambiante, aunque siempre con paso seguro y quedándose donde estaba más cómodo. Este sorprendente maestro no recibió más información que la que tuvo con Rimsky-Korsakov pero pronto cautivó a los grandes empresarios de la época, sobre todo a Diaghilev, quien le pidió componer ballets. Así, escribió «El pájaro de fuego», «Petrushka» y, su obra más famosa, emblemática y una de las más importantes de la Historia de la Música, «La consagración de la primavera». Esta obra lo consagró como un gran maestro y a partir de ahí solo le llegaron éxitos. Músico incansable, Stravinsky siguió componiendo hasta su muerte, en Estados Unidos en 1971.

Una de sus obras menos conocidas es su ballet Juego de cartas. Es una obra compuesta entre 1936 y 1937, «para tres manos», y fue coreografiado por George Balanchine. Fue estrenado en Nueva York y está basado en una partida de póquer, tema que siempre le fascinó a Stravinsky. Por cierto, que el título original de la composición está en francés: Jeu de cartes. Cada mano se abre con la misma música, en la que aparece el famoso motivo de la quinta de Beethoven. La acción es dominada por el joker, carta que no pertenece al juego pero que pretende ganarlo. Los ases ganan a las reinas y crece la confusión que, en la última partida, es suavizada gracias a la intervención de los corazones. Según Balanchine: las cartas mayores representan a las personas importantes de la sociedad, que a veces se ven derrotadas por las menos destacadas.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Claudio Abbado.

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