El misterio de la Trinidad

Deum verum, Etienne de Liège

¡Feliz lunes y feliz semana! Espero que la semana que ahora comienza sea un buen momento para ti. ¡Seguro que sí, sobre todo si estás en compañía de la música! A veces la que es muy antigua nos fascina por esa complejidad que pensamos casi es impensable que pudiese alcanzarse en esas épocas tan remotas. Un ejemplo de ello es la obra de hoy, que nos trae un maestro que es posible que nunca haya aparecido por aquí.

Lieja

Se trata de Etienne de Liège (c. 850-920), obispo, escritor y compositor belga. Entre sus obras destaca unos relatos de la vida de los santos para su uso litúrgico. Estudió en la catedral de Metz y, en el año 864, en el palacio de Aachen. Luego fue canónico en la propia Metz, abad en San Mihiel, de San Evre y de Lobbes antes de ser elegido en 901 obispo de Lieja. Compuso tres oficios, entre los que destaca el de la Trinidad, que fue muy conocido el toda Europa. Otros son el de San Esteban y el de San Lamberto, patrón de Lieja. Ideó un nuevo modo de componer que fue el orden modal, aunque es posible que fuese concebido también por Hucbaldo de San Amando. A propósito de esto, un estudioso del género ha dicho que «los dos contemporáneos no hicieron más que aplicar abiertamente una forma de componer que era prevalente en su época». Poco más podemos decir de este hombre que vivió en el cambio del siglo IX al X, época oscura y complicada de estudiar.

Precisamente del Oficio para la Santísima Trinidad vamos a escuchar el invitatorio Deum verum; pertenece al oficio de maitines. El texto de la obra está tomado del salmo 94 que es el que se usa como invitatorio a los oficios divinos, es decir, para iniciarlos. Como versículo siempre es repetido el motivo del Deum verum. Este está cantado en canto llano pero las distintas estrofas del salmo lo están en una especie de anticipo del fauxbourdon. Se trata de una técnica en la que las voces caminan de forma paralela y siempre canta así, técnica que se iría depurando de forma más intensa a finales de la Edad Media y en el Renacimiento.

La interpretación es del grupo Psallentes.

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