El niño santo

The Holy Boy, Ireland

¡Feliz lunes! Comienza esta semana que yo creo es especial para todo el mundo (y para muchas personas está llena de tristeza y de nostalgia). Por vamos a dedicarla a escuchar música navideña. Si no te gusta la navidad es posible que por lo menos la música te reconforte de alguna forma. Suele ser muy cálida y tranquila pero a la vez llena de alegría por el momento. La de hoy, siendo un villancico, tiene una historia curiosa.

John Ireland

La escribió John Ireland (1879-1962), compositor británico nacido en Bowdon. Ireland compuso mirando hacia el pasado, desde Beethoven y los clásicos hasta el posromanticismo. No lo digo como un demérito de su música sino para que sepas lo que te vas a encontrar al escuchar su música. De pequeño mostró un gran talento por la música y sus buenas relaciones con literatos hizo que estos redactasen la letra de muchas de sus canciones. Tras terminar sus estudios con Stanford en 1901 trabajó como director de coro y organista. Poco a poco sus composiciones se hicieron más conocidas y surgieron de su creatividad las grandes obras que lo hacen famoso. Entró a trabajar en el Royal College of Music y por sus clases pasó Benjamin Britten. Fue un hombre introspectivo y muy crítico con sus propias composiciones, muchas veces marcadas por una juventud llena de penurias.

Disfrutemos de su villancico The Holy Boy. Se trata de una de esas miniaturas de Ireland que se han hecho famosas y con justicia porque se trata de un bomboncito de lo más suculento. No se trata de un villancico al uso ya que la obra fue originalmente compuesta para piano en 1913 (obviamente para el día de Navidad), y luego se agrupó dentro de una pequeña colección de otras obras. Aunque parece dirigido a las fiestas navideños (que lo está dada su fecha de presentación) y al Niño Jesús que nace, el título tiene otro significado ya que parece ser que se inspiró en Bobby Glasby, uno de los miembros del coro en la iglesia de Chelsea en la que trabajó como organista entre 1904 y 1926. Sea como sea, es una maravilla.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Richard Hickox.

Volver arriba