Entre palmas y laureles

Con palme, Vivaldi

¡Feliz viernes! Cuando la música se llena de poderío... es que se llena de poderío. Hay compositores que saben conseguirlo de una forma especial y con una música más allá de lograda. El gran maestro de hoy nos lo va a demostrar de una forma contundente.

Antonio Vivaldi

Es Antonio Vivaldi (1678-1741), compositor italiano nacido en Venecia. En un artículo de Jorge Mendizábal (de Alabama) este dice: «En su papel doble como músico viajero y sacerdote católico, el estilo de Vida de Vivaldi era cuestión de controversia. Recibió varias sanciones de sus superiores dada su negativa a decir misa. Después de que el nuncio prohibiese que fuese admitido en la ciudad de Ferrara en 1737, Vivaldi escribió una carta al marqués Guido Bentivoglio pidiendo ayuda: "Hace veinticinco años dije la música por última vez, teniendo en cuenta la enfermedad que me azota desde mi nacimiento. Dejé de decir misa porque debido a esta enfermedad, tuve que dejar el altar en tres ocasiones". Vivaldi describe esta enfermedad como stretezza di petto (es decir, disnea). Dice: "Casi siempre vivo en casa y solo voy en góndola o carro debido a que no puedo caminar"».

Una de sus óperas, la duodécima, es Teuzzone, estrenada en Mantua en 1719 y con libreto de Apostolo Zeno (originalmente escrito para Antonio Lotti). Es una obra verdaderamente vivaldiana y tiene un aliento fascinante que ilustra perfectamente su plenitud como compositor de óperas. El argumento gira en torno a las consecuencias de la muerte de Troncone. Su esposa, Zidiana, conspira con Cino y el general Sivenio para hacerse cargo del poder, a pesar de que Teuzzone es el heredero legítimo. En el tercer acto está el aria Con palme ed allori. La fuerza es muy especial, a lo que contribuyen las trompetas, que aportan un brillo muy destacado.

La interpretación es de Le Concert des Nations dirigido por Jordi Savall.

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