¡Feliz martes! Es posible que leas este post por la mañana después de levantarte por lo que te puede sonar raro esto de dormir en paz. Pero no te va a resultar rara la música que es muy bella. Salió de la mano de uno de esos maestros que no es nada conocido pero que gracias a los nuevos descubrimientos de compositores antiguos, se está recuperando para nuestra alegría. Y eso es lo que nos va a dar el compositor hoy: alegría y serenidad. ¿Te apetece?

Alguna vez nos ha salido al encuentro aquí Guillaume Bouzignac (c. 1587-c. 1643), compositor francés nacido probablemente en Saint-Nazaire-d'Aude. Durante el reinado de Luis XIII fue uno de los que contribuyeron de forma más importante al desarrollo de la música sagrada y ayudó a que las composiciones francesas saliesen del conservadurismo al que los reyes las tenían sometidas y posibilitó que entrase el aire nuevo de los estilos italiano y español. La mayoría de las obras de Bouzignac son paralitúrgicas, muy influidas por la seconda pratica de Monteverdi. Sin embargo, también encontramos misas y lamentaciones, propias para el oficio religioso. La música que compuso suele ser muy severa y rígida, a veces en estilo de nota contra nota, muy en el estilo de la música litúrgica francesa de la época. Solo al final fue ganando en libertad, con obras siempre de tipo vocal y con recursos muy dramáticos a pesar de que las obras estaban destinadas a la iglesia y sus celebraciones.

Hoy te traigo el motete In pace, in idipsum. Está compuesto a cuatro voces y precisamente está compuesto en ese estilo más conservador que te mencionaba. Sin embargo, cada frase está tratada de forma independiente aunque están perfectamente delineadas, con suspensiones llenas de encanto y un movimiento horizontal que también nos acerca a ese dramatismo que Bouzignac sabía imprimir a sus obras, creando en este caso un fuerte ambiente de sueño y paz.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Les Arts Florissants dirigido por William Christie.