Te proclamaré de todo corazón



¡Feliz martes! Este próximo viernes es la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y por eso quiero traerte también buena música religiosa en estos días. Será el caso de la música de hoy, perteneciente a nuestro patrimonio más genuino. Sin embargo, el compositor seguro que es ignoto para ti. Verás que la música tiene una calidad especial, ya que su profundidad se aprecia con las primeras notas. Una vez más, vamos a dejarnos sorprender por música española de la buena.

Se debe a Ginés Pérez de la Parra (1548-1600), maestro español, alicantino, nacido en Orihuela. Erróneamente parece ser que se ha identificado con Juan Ginés Pérez. En 1562 fue elegido para dirigir la música de la iglesia colegial de Orihuela y años más tarde pasó a Valencia, teniendo allí por discípulo a Juan Bautista Comes. Su vida prácticamente discurrió luego en su Orihuela natal. Sus obras eran tenidas en alta estima e incluso se prepararon para ser impresa pero parece ser que se perdieron. A Ginés Pérez le gustaba la homofonía, que elaboraba en bellos pasajes cordales que se inspiran en Victoria. En sus motetes (en catalán) se aprecia también un gusto por la alteración cromática de carácter expresivo. Algunos de ellos están compuestos para el misterio de Elche y tienen movimientos cromáticos de lo más sorprendente.

Entre las obras suyas que se conservan está el Oficio de Difuntos del que escucharemos el salmo Confitebor tibi Domine. Se trata de la colección de obras más completa que se conserva del maestro. Aquí puede apreciarse el uso de la homofonía que hace el maestro. La alternancia entre el canto llano y la polifonía tiene un colorido especial, también remarcado en esta grabación por el uso de los instrumentos doblando las voces. La austeridad está presente en toda la pieza aunque el maestro de Orihuela también dota al conjunto de una luminosidad que, por otra parte, es propia de los oficios de difuntos.

La interpretación es del conjunto Victoria Musicae dirigido por Josep R. Gil-Tàrrega.

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