¡Feliz jueves! El mundo de la polifonía está lleno de grandes luminarias y de otros maestros que no lo fueron tanto. Pero, lo importante es que hay muchísimos que no son nada conocidos y que necesitan serlo porque su calidad esta fuera de toda duda. El maestro de hoy es un ejemplo de ello y con el botón de muestra que te ofrezco ahora voy a intentar paliar esto porque ya verás cómo su obra te maravilla. Espero que te lleve a profundizar más en su música, grande y llena de saber.

Nos visita hoy Costanzo Festa (c. 1485/1490-1545), compositor italiano nacido posiblemente en la región de Piamonte. Trabajó para la familia d'Avalos en Ischia y parece ser que después de 1510 parece ser que estudió con Jean Mouton el París. En 1517 lo tenemos como cantor de la capilla papal en Roma y allí permaneció hasta su muerte. Dicha institución estaba dominada por los músicos del norte de Europa por lo que Festa era uno de los pocos cantores nativos italianos. En la producción de Festa encontramos música religiosa y profana, destacando en esta una buena cantidad de madrigales. Precisamente fue uno de los primeros compositores italianos en componer en este género. En sus obras a cinco voces adopta un estilo similar al de Josquin, en el que predomina las voces graves, a veces sugiriendo la presencia de instrumento que doblan las voces. Fue un compositor que compuso para las ceremonias matrimoniales de los duques de Florencia en 1539, mostrando así cuán buenas eran sus composiciones religiosas, a veces llena de pasajes en imitación aunque también en momentos por acordes y otros más libremente desarrollados.

Disfrutemos de su motete Super flumina Babylonis. La obra está compuesta a cinco voces y es una obra muy curiosa ya que que la voz tenor canta otro texto, perteneciente el réquiem. Esto nos lleva a pensar que fue una obra compuesta para los funerales de alguien que ahora mismo no conocemos. La presencia de Josquin es evidente ya que Festa se dedica, como el franco-flamenco, a explorar regiones tonales alejadas de lo habitual y la presencia de un texto del Antiguo Testamento. Esa última línea del «Dies irae» dota a la obra de una severidad especial, pero también de una serenidad especialmente remarcable. Toda una maravilla que nos trae luz para el día de hoy. El manuscrito está en el Códice Médici de 1518.

La interpretación es del Huelgas Ensemble dirigido por Paul van Nevel.