¡Feliz martes! Para los que somos creyentes solo con esto debería valernos puesto que en Él se basa muestra fe y nuestro sustento. Y sobre esto es sobre lo que versa la música de hoy, llena de encanto y de un buen hacer propia de este maestro, que de vez en cuando viene a maravillarnos con su arte. Un arte que fue alabado incluso por el mismísimo Johann Sebastian Bach, quien viajó recorriendo muchos kilómetros para conocerle. Supongo que ahora sabes a quién me refiero...

Efectivamente, se trata de Dietrich Buxtehude (1637-1707), compositor alemán de nacimiento danés en Helsinborg. Bach fue a verlo a Lübeck y a escuchar cómo tocaba el órgano. Le fascinó tanto que se quedó un tiempo más, enfadando a las autoridades que le habían dado permiso. Buxtehude destaca por su contrapunto y por una especialmente intensa música llena de devoción. En 1668 fue nombrado organista de la prestigiosa iglesia de Santa María de Lübeck y allí permaneció durante el resto de su vida. Además de tocar, debía componer obras religiosas y actuar como secretario y tesorero. En la localidad creó los famoso conciertos Abendmusik, que tenían lugar durante las tardes de cinco domingos al año. Eso le dio mucha fama y también era un compositor muy relevante, a pesar de que se ha conservado relativamente poca música de él. Su música para órgano es fundamental para conocer el proceso evolutivo de Bach pero tiene total interés por méritos propios. Habitualmente se le considera el organista más importante entre Scheidt y Bach y es casi el creador de la tocata alemana para órgano.

No te traigo hoy música para este instrumento sino su motete Herr wenn Ich nur Dich Hab', BuxWV 38. La pieza requiere dos violines y continuo además de la voz solista. Más que un motete estamos en presencia de un concierto sacro a pequeña escala, de forma que cada estrofa del texto es desatacada con distinto énfasis y gran dramatismo. La pieza termina con aleluya para poner brillante broche final a esta intensa composición, típica del periodo alemán anterior a Bach. Una verdadera belleza.

La interpretación es de Laura Heimes (soprano) y Voices of Music.