Inauguración del Congreso internacional de pastoral urbana de la arquidiócesis de México Cardenal Aguiar: “He propuesto a varias empresas hacer parroquias personales en ellas"

La Iglesia en la Ciudad de México, pastoreada por su cardenal Carlos Aguiar, busca nuevas formas de presencia en la sociedad. Y, por eso, en el Congreso sobre la parroquia, que comenzó hoy en el seminario conciliar de la arquidiócesis, anunció la creación de parroquias personales en las grandes empresas: “He propuesto a varias empresas hacer parroquias personales en ellas y que los empresarios nos permitan atender a la gente espiritualmente en sus lugares de trabajo.La parroquia tiene que trasladarse a las empresas”.

Ésta fue una de las novedades que proporcionó, ya en la inauguración, el Congreso Internacional de Pastoral Urbana bajo el lema: 'Parroquia urbana en salida, sinodal y samaritana', organizado por la Vicaría de Laicos en el Mundo de la Arquidiócesis de México, encabezada por Mons. Héctor Mario Pérez Villareal, obispo Auxiliar de la sede primada del país.

El evento se celebró en el seminario menor archidiocesano, un enorme edificio edificado en los años de la primavera vocacional y que, hoy, como en otras muchas partes del mundo, está pasando por una época de invernía. El salón de actos, a rebosar con cerca de 500 asistentes, tanto en presencial como en remoto, dispuestos a cuestionarse y plantearse preguntas como éstas: ¿Cómo responder a los retos pastorales que se le plantean a la Iglesia después de la pandemia? ¿Siguen siendo las parroquias un instrumento eficaz de evangelización en las grandes urbes?

En la presentación del Congreso, Mons. Héctor Mario Pérez Villareal, obispo auxiliar y vicario de pastoral de la arquidiócesis, comenta el pasaje del joven rico. “Hay que huir de lo que el Papa Francisco llama mundanidad espiritual”, dice, para acabar con “la pastoral autorreferencial y de conservación que seguimos viviendo en muchas parroquias”, donde “no se percibe el gozo de le evangelización” y “nuestras parroquias se han convertido en un museo”.

Tras la oración del obispo auxiliar, hizo su entrada en el aula el arzobispo de la ciudad, cardenal Aguiar Retes, acogido con una fuerte ovación por los presentes. El purpurado comienza dando las “gracias a todos, incluidos a los medios de comunicación”.

Y, centra su intervención de inicio del congreso en glosar un informe de monseñor Salinas, actual obispo auxiliar de Valencia, en el que el prelado español analiza la necesidad de replantearse la parroquia.

La cercana y sufriente Nicaragua

Aguiar asegura que uno de los problemas al que se enfrenta la Iglesia en la actualidad es el “secularismo”. Y pone el ejemplo de la cercana y sufriente Nicaragua. “En Nicaragua, la Iglesia no quiere acomodarse al Gobierno actual y, entonces, es perseguida. Si te acomodas, bien y si no, eres rechazado”, enfatiza el cardenal.

Y es que, a su juicio, “en la aldea global en la que estamos todo tiene un precio y todo se mide por el costo...La iglesia está sometida a los postulados ideológicos de la modernidad”.

Eso y otras muchas cosas acaba de descubrir el purpurado en sus visitas pastorales por la diócesis. “He descubierto en la visita pastoral una enorme riqueza eclesial: enorme y sorprendente. Estamos en el continente de la esperanza, pero también tenemos que caminar hacia el continente de la caridad. En la visita pastoral he descubierto que, a veces, tenemos guardada la luz y nos falta buscar la manera estratégica de que esa luz luzca y aparezca con todo su esplendor”.

Porque, a su juicio, lo que está claro es que “Dios camina con y en medio de nosotros. Estamos ante un tiempo de gracia. Somos un continente de la esperanza y queremos ser continente de la caridad. Queremos redescubrir la fe en toda su belleza y su dinamismo: la alegría de descubrirnos hermanos y miembros de una gran familia”.

Para el cardenal, caminar hacia esa meta entraña dificultades. Y enumeró algunas, como la erosión familiar. “El 95% de los católicos del país recibieron la fe en la familia, pero hoy esa realidad se está desgastando”.

La segunda dificultad es “el anonimato social y la pérdida de la buena vecindad que se va diluyendo y, con ella, la relación solidaria”. Como consecuencias, “la práctica religiosa se convierte en un supermercado: escojo la parroquia, o el cura que me gusta...”

Por eso, “tal y como nos recomendó el Papa Francisco ya en Rio de Janeiro, tenemos que recuperar el sentido de pertenencia y de identidad de los fieles. Para eso sirve la territorialidad y la parroquia”.

Unas parroquias que, para Aguiar, hay que convertir en “centros de escucha que tanto se necesitan hoy, para responder a las angustias de los jóvenes que se van a las religiones orientales”.

Espiritualidad de la comunión

Parroquias que estén “al servicio de las personas”, que colaboren entre sí y que “trabajen la espiritualidad de comunión, con apertura de encuentro y aceptación del prójimo. Sólo así activaremos el camino sinodal, al que nos invita el Papa Francisco”.

Y el arzobispo de la arquidiócesis de México concluyó: “La pastoral urbana necesita una Iglesia en salida y misionera, con una organización que facilite la comunión operativa y solidaria en todos los ámbitos, siguiendo la línea del pastor de pastores, Jesucristo, a la búsqueda de la oveja perdida y, alegrándonos de recuperarla. Gracias”. Y el cardenal se despide con un fuerte aplauso.

Uno de los ponentes del Congreso es el Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, que intervendrá al final de la mañana, con una ponencia titulada “La urbe y la pastoral parroquial en tiempos de pandemia”, explicitando su experiencia en el oasis madrileño que es, desde hace años, la parroquia de San Antón.

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