Miles de documentos demuestran que ocultó los casos durante décadas La Iglesia de Chicago pide perdón por los abusos sexuales y anima a las víctimas a denunciar
La Archidiócesis de Chicago se ha disculpado por los abusos a menores cometidos por sacerdotes de su diócesis en el último medio siglo y anima a quienes hayan sido víctimas de abusos por parte del clero a que denuncien, en un comunicado publicado en su web después de que el despacho de abogados Jeff Anderson & Associates haya hecho públicos unos documentos sobre 30 sacerdotes de Chicago acusados de abusos.
"Somos conscientes de que la información contenida en estos documentos es irritante. Es doloroso leerla. No es la Iglesia que conocemos o la Iglesia que queremos ser. La Archidiócesis se disculpa sinceramente por el dolor y el sufrimiento de las víctimas y de sus familias que han resultado de este abuso", señala la Archidiócesis.
En cualquier caso, precisa que los documentos se refieren a casos que "se remontan muchos años, y algunos, a décadas atrás", hasta el punto de que "el 95 por ciento" de los mismos ocurrieron "antes de 1988". En este sentido, apunta que "en la actualidad, ningún sacerdote que tenga una denuncia fundamentada de abuso sexual de un menor de edad sirve en el ministerio en la Archidiócesis de Chicago".
La archidiócesis católica de Chicago ha divulgado este martes más de 6.000 páginas de documentos sobre los abusos sexuales cometidos por decenas de sacerdotes contra menores de edad y la omisión de la Iglesia para proteger a los niños.
De los acusados, catorce han fallecido, otros tantos dejaron el sacerdocio y los dos restantes no cumplen tareas sacerdotales La divulgación de los documentos en internet es parte de un acuerdo judicial y se refieren a treinta de los más de sesenta y cinco sacerdotes en la archidiócesis, la tercera más grande de EE UU, mencionados en denuncias de abuso sexual fundamentadas.
De los religiosos citados catorce han muerto, otros tantos dejaron el sacerdocio y los dos restantes no cumplen tareas sacerdotales. Un abogado de la archidiócesis indicó la semana pasada que el 95% de los incidentes detallados en esos documentos ocurrió antes de 1988 y ninguno de ellos después de 1996.
La mayoría de los treinta sacerdotes mencionados en esta tanda de documentos no fueron procesados. La Archidiócesis de Chicago ha pagado ya más de 100 millones de dólares a las víctimas de abusos sexuales en los últimos veinticinco años, y ha cubierto ese gasto con la venta de propiedades y una reciente emisión de bonos.
Los documentos proporcionan detalles de la forma en que la archidiócesis transfirió de una parroquia a otra a los sacerdotes acusados de abusos, y omitió notificar a la policía sobre las denuncias de tales abusos.
"Todo eso está en el pasado, esperemos", dijo en una entrevista publicada el domingo pasado el cardenal Francis George. Un estudio comisionado por la Conferencia de Obispos Católicos de EE UU al Colegio John Jay de Justicia Criminal indicó que se habían hecho unas 11.000 acusaciones contra 4.393 sacerdotes en Estados Unidos, aproximadamente el 4% de los clérigos en servicio en el período cubierto por el análisis, de 1950 a 2002.
Ésta es la carta de la archidiócesis de Chicago (en castellano):
Declaración de la Arquidiócesis de Chicago, en respuesta a la conferencia de prensa de Jeff Anderson sobre la publicación de los documentos de casos de abuso
21 de enero de 2014
Los documentos hechos públicos por Jeffrey Anderson se refieren a 30 sacerdotes de la Arquidiócesis acusados de abusar de menores de edad en varias ocasiones durante el último medio siglo. Todos los documentos se refieren a casos que se remontan muchos años, y algunos, a décadas atrás. El noventa y cinco por ciento de estos casos ocurrieron antes de 1988. En la actualidad, ningún sacerdote que tenga incluso una denuncia fundamentada de abuso sexual de un menor de edad sirve en el ministerio en la Arquidiócesis de Chicago.
La Arquidiócesis reconoce que hace décadas sus líderes tomaron algunas decisiones que ahora son difíciles de justificar. Tomaron esas decisiones, de acuerdo con el conocimiento existente en el momento. En los últimos 40 años, la sociedad ha evolucionado en la manera en que enfrenta las cuestiones relacionadas con el abuso. Nuestra comprensión y respuesta a la violencia doméstica, el acoso sexual, la violación y el abuso sexual clerical han experimentado cambios importantes y también lo ha hecho la Arquidiócesis de Chicago. Aún cuando cumplimos con las leyes de notificación existentes en aquel momento, la Iglesia y sus líderes han reconocido en repetidas ocasiones que hubieran deseado haber hecho más y haberlo hecho más pronto, pero ahora están trabajando duro para recuperar la confianza, para atender a las víctimas y a sus familias y para asegurarse de que todos los niños y jóvenes estén protegidos.
Estamos conscientes de que la información contenida en estos documentos es irritante. Es doloroso leerla. No es la Iglesia que conocemos o la Iglesia que queremos ser. La Arquidiócesis se disculpa sinceramente por el dolor y el sufrimiento de las víctimas y de sus familias que han resultado de este abuso. Nuestra esperanza es que al publicarse estos documentos y con el trabajo que estamos haciendo a través de nuestra Oficina para la Protección de Niños y Jóvenes podamos ayudar a promover aún más la sanación y la reconciliación en todos los afectados por estos crímenes.
La Arquidiócesis de Chicago cumple totalmente con el Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes, adoptado por los Obispos de los EE.UU. en Dallas en junio de 2002. Canalizamos de inmediato todas las denuncias de abuso sexual a las autoridades civiles. La Junta de Revisión independiente de la Arquidiócesis examina los hallazgos de todas las investigaciones y hace recomendaciones al arzobispo con relación a la aptitud para el ministerio y la seguridad de los niños.
La Arquidiócesis de Chicago está interesada, ante todo, en la sanación de las víctimas de dichos abusos y ha mantenido un ministerio de asistencia a las víctimas por más de 25 años. Además, la Oficina Arquidiocesana para la Protección de Niños y Jóvenes, encargada de auxiliar a las víctimas y a sus familias y de prevenir el abuso, ha capacitado a, y procesado verificaciones de antecedentes de más de 160,000 individuos que incluyen sacerdotes, diáconos, religiosos, empleados laicos y voluntarios; ha realizado más de 3,000 sesiones de capacitación y dado capacitación a más de 200,000 niños para protegerse de los depredadores sexuales. Para mayor información sobre la Oficina para la Protección de Niños y Jóvenes, por favor visite www.protectandhealchicago.org.
El abuso de un niño es un delito y un pecado. La Arquidiócesis alienta y anima a cualquier persona que haya sido víctima de abuso sexual por parte de un sacerdote, diácono, empleado religioso o laico, a denunciarlo. Toda la información necesaria sobre cómo hacer un reporte de abuso sexual se encuentra en el sitio web de la Arquidiócesis, en www.archchicago.org/departments/protection/protection.shtm.
(RD/Agencias)