Pax Romana es un movimiento católico internacional Javier Iguiñiz: "Queremos estar en el mundo intelectual desde una fe que opta por los más pobres"

Javier Iguiñiz es profesor titular de Economía en la Pontificia Universidad de Lima y presidente mundial de Pax Romana, un movimiento católico y progresista. De ahí que asegure: "Queremos estar en el mundo intelectual desde una fe que opta por los más pobres", con el fin de "cuestionar lo estructural e involucrarse a menudo en lo político". Lo entrevista Noticias de Navarra.

¿De dónde surge Pax Romana?

Pax Romana es un movimiento católico internacional que posee un estatus dentro de la Iglesia católica, de asociación privada de fieles. Nace en 1921 como asociación de estudiantes universitarios, con la finalidad de evitar otro gran conflicto bélico entre las naciones. Con el mismo fin se refunda y se añaden otras siglas en 1946. Hoy existen grupos del movimiento, con diversas denominaciones y realidades, en más de 54 países de todo el mundo y dentro del Estado español se encuentra ya presente en Euskadi y Cataluña. Además, como tal asociación internacional, está reconocida con estatus de ONG ante organismos como Naciones Unidas, la UNESCO y el Consejo de Europa, entre otros.

¿Cuál es la aportación específica de dicha asociación?

Pax Romana quiere estar presente en el mundo profesional e intelectual desde una fe que opta por los más pobres, no para cumplir un mero código deontológico, sino para tratar de ver las causas de las situaciones y abrirse al horizonte público. Para trascender cada disciplina, ir a lo organizativo, a cuestionar lo estructural, y para involucrarse a menudo en lo político, incorporándonos a las apuestas que nos parecen positivas.

Usted ha sido noticia recientemente por su nombramiento como secretario ejecutivo del llamado Acuerdo Nacional del Perú. ¿En qué consiste su labor?

El Acuerdo Nacional fue creado al final de la dictadura de Fujimori para afirmar el peso de lo democrático en el país y hacer política de estado a largo plazo. Es un intento de unificar el país, por encima de la crispación, el racismo, la propensión a la violencia espontánea, los conflictos socio-económicos. Trata de abrir cauces de diálogo y concertación y de conciliar a los extremos. He asumido mi nombramiento ante la insistencia y el apoyo del presidente Ollanta Humala, y cuento con la aceptación unánime de partidos políticos, sindicatos, empresarios, iglesias, agricultores y comunidades amazónicas. Me he comprometido desde mi condición de cristiano laico, pues soy conocido como presidente de Pax Romana. Tengo esperanza de que el Acuerdo fructifique, creo que puedo ser útil aunque a veces me sienta en territorio minado.

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