Vídeo y mensaje de los agustinos recoletos Los dolores y las esperanzas del pueblo venezolano

(Agustinos Recoletos).- Los vicarios provinciales de Santo Tomás de Villanueva y San José en Venezuela han querido, viendo la necesidad de dar a conocer la profunda crisis que está atravesando el país, mandar un mensaje a toda la familia agustino recoleta con el fin de poder transmitir el sentir general, los dolores y las esperanzas del pueblo venezolano.

Venezuela viene viviendo una grave crisis desde hace tiempo y en los últimos meses, esta crisis se ha agravado lo que ha llevado a que numerosos venezolanos hayan salido a las calles a manifestar su descontento por la situación general: falta de alimentos, situación política, empobrecimiento..., etc.

La comunidad de frailes agustinos recoletos allí presentes están permaneciendo al lado de su pueblo viviendo su "revitalización y reestructuración desde esta realidad tan compleja y desafiante" y están dando testimonio de hombres de fe y de una comunidad viva y abierta, ayudando a todo aquel necesitado.

Piden en su mensaje que no se deje de orar y pedir a Dios que como agustinos recoletos continúen viendo con ojos de fe toda esta situación.

Mensaje de los frailes agustinos recoletos de Venezuela a toda la familia agustino recoleta en el mundo

Queridos hermanos:

Los religiosos agustinos recoletos de Venezuela hemos tomado la iniciativa de dirigirnos a toda nuestra amada familia agustino recoleta (religiosos, religiosas contemplativas, religiosas de vida activa, fraternidades seglares, Jóvenes Agustinos Recoletos (JAR) y demás hermanos que comparten nuestro carisma en los diversos ministerios y apostolados en el mundo) a fin de expresarles, de alguna forma, la realidad que nos desafía y poder compartir así con ustedes, en una sola alma y un solo corazón dirigidos hacia Dios, los dolores y las esperanzas de nuestro pueblo.

Venezuela viene viviendo una grave crisis desde hace tiempo. Lo que comenzó como un clima político polarizado y hostil, escaló a una profunda crisis económica y social causada por la radicalización del proceso revolucionario que ha reducido la institucionalidad del país a los lineamientos del partido de gobierno con un sólo fin: perpetuarse en el poder.

En palabras de nuestros Obispos: "la crisis que ha venido golpeando a Venezuela se ha agudizado". Por esta razón desde hace 95 días ciudadanos venezolanos, en distintas regiones del país, han salido a las calles a manifestar su descontento con la situación que hoy vivimos:

- La dificultad para adquirir los alimentos básicos y medicamentos continúa. Esto es factor para que la desnutrición infantil aumente, para que familias enteras hurguen entre la basura buscando algo para saciar el hambre. También es alarmante la cifra de personas que mueren por falta de medicinas.

- El empobrecimiento de nuestro pueblo ha sido escandaloso. Una inflación galopante que con hasta tres cifras se devora lo poco que puede recibir cualquier trabajador honesto en su salario;

- Las cifras de personas (en su mayoría jóvenes) que emigran del país son alarmantes;

- La falta de información veraz es escandalosa. Los medios de comunicación de señal abierta o están comprados por el régimen o son presionados con la no renovación de las concesiones que le permiten su operatividad, esto se traduce en un ecosistema informativo censurado, que invisibiliza o da un tratamiento parcializado a la agenda pública de los ciudadanos.

- La represión por parte de las fuerzas de seguridad del Estado contra manifestaciones pacíficas se ha recrudecido; sobre la lógica del orden público los agentes de seguridad han herido y asesinado a ciudadanos en el ejercicio de sus derechos fundamentales.

- Ya van más de 90 muertos en las manifestaciones. Y una cifra también elevada de presos políticos y otros más privados de su libertad (entre ellos hay un joven de nuestras JAR de la ciudad de Barquisimeto).

-Una oleada de violencia y vandalismo está tomando cuenta de nuestro país. Sobre todo a causa de la impunidad reinante que permite a grupos paraestatales adeptos al gobierno (mal llamados "colectivos") sembrar terror en los que se expresan pacíficamente.

- Como corolario de todo esto cabe destacar el hecho de que el pueblo comienza a tomarse la justicia por sus propias manos. Es un hecho lamentable que muestra el estado de deshumanización al que hemos llegado. Un pueblo que se deja llevar por el odio, la intolerancia, la violencia es un pueblo condenado a su propia destrucción.

- La ruptura del orden constitucional es más que evidente. Personas que en algún momento han sido pro gobierno y que ocuparon (y ocupan) puestos de importancia, comienzan a manifestar públicamente su disconformidad con lo propuesto por quienes hoy detentan el poder en Venezuela.

- Las personas se van llenando cada vez más de angustia y frustración.


Esto, y mucho más, pone en evidencia que en Venezuela desde hace tiempo no son respetados los derechos humanos.

Nosotros Agustinos Recoletos en Venezuela no somos ni podemos ser indiferentes. Es imposible cerrar los ojos ante una realidad que nos golpea a diario, que golpea a nuestras familias, nuestros niños, a todo el Pueblo de Dios con el que peregrinamos en este valle de lágrimas.

Como consagrados queremos reiterar nuestro profundo deseo de seguir a Jesucristo pobre, casto y obediente, estando al lado de nuestro pueblo en estos momentos tan difíciles. Sabemos que no es fácil pero también sabemos que el Señor camina con nosotros y que nuestra esperanza está en su gran misericordia.

No podemos perder nuestra visión de hombres de fe. Creemos que es el momento de vivir nuestra revitalización y reestructuración desde esta realidad tan compleja y desafiante. Por eso estamos llamados a buscar más el discernimiento evangélico en el contacto y en el compromiso afectivo y efectivo con nuestro pueblo, especialmente con los más pobres. Queremos dar testimonio de una comunidad viva y abierta a lo que nos está pidiendo el Señor a través del soplo del Espíritu en este momento crucial que vivimos.

Delante de la tentación del odio y de la violencia optamos por la paz y la solidaridad, respondiendo al pedido del Papa Francisco dirigido a toda la Orden a ser "Creadores de Comunión". Nos decía el Papa que "Cuando el Señor está en el centro de nuestra vida todo es posible; no cuenta ni el fracaso ni algún otro mal, porque Él es quien está en el centro, y es Él quien nos dirige". Es por ese motivo, y escuchando la voz de nuestros obispos, que hemos reabierto algunas obras de ayuda social que por la crisis se habían cerrado.

En muchos ministerios estamos dando de comer, no sólo nosotros religiosos sino también nuestras religiosas de vida activa y los laicos, a un número creciente de personas que están pasando hambre. Todo lo hacemos confiando en la Providencia del Señor y en la generosidad de las personas que desde dentro y/o fuera del país continúan aportando económicamente. Asimismo, aprovechamos la oportunidad para agradecer a todos su generosidad que tanto bien nos está haciendo en estos momentos de tantas necesidades.


Agradecemos profundamente las palabras que nos ha dirigido nuestro. Prior General Miguel Miró Miró, a todos los frailes que nos encontramos en Venezuela. Él nos invita a "vivir con audacia nuestra misión profética de ser creadores de comunión, y seguir acompañando a todos los que sufren, sin ningún tipo de exclusión, con gestos visibles de fraternidad y reconciliación".

Agradecemos las manifestaciones de solidaridad de los diversos priores provinciales que se han hecho eco de nuestras angustias y preocupaciones. Sus mensajes, cartas y exhortaciones han sido motivadores también para la elaboración de este mensaje que hoy estamos enviando a todos ustedes.

Agradecemos también las diversas manifestaciones de cercanía y oración por parte de muchos hermanos en todo el mundo. Sepan que nos llena de mucho ánimo y esperanza saber que tenemos hermanos que oran y sienten con nosotros. No nos sentimos solos o abandonados, al contrario nos sabemos siempre acompañados y abrazados por todos ustedes.

Finalmente, les pedimos que no cesen de orar y pedir a Dios que como agustinos recoletos continuemos viendo con ojos de fe toda esta situación. Porque quizá sea esto lo que más se nos esté pidiendo: ser hombres de esperanza, llenos de fe y amor. Nuestro mejor aporte desde la vida cristiana, desde nuestra vida de consagrados, posiblemente sea ofrecer espacios para que las personas oren y alimenten su esperanza, acompañarlas, direccionándolas a que ellas cultiven su interioridad y su relación filial con el Padre.

Esta acción debe nacer de nuestra propia relación con Jesús y desde nuestra fidelidad creativa al carisma agustino recoleto. No podemos descuidar el lado espiritual, no podemos abandonar la oración. Eso es lo que nos toca, acción desde la oración, y eso tiene fuerza. Por eso renovamos nuestra invitación: ¡recen! Oren para que encontremos caminos pacíficos y democráticos para salir de esta situación; para que venza el amor y la unidad por sobre el odio y la división; por la reconstrucción de este país, a través de la reconciliación y del perdón; para que podamos ser, desde nuestro carisma, testigos fieles de la alegría del Evangelio; recen como signo de nuestra comunión y fraternidad.

Que María Madre de La Consolación y Señora de Coromoto acompañe siempre y proteja de todo mal y peligro a este su pueblo amado de Venezuela.

Caracas, 3 de julio de 2017.

- Fr. Eddy Omar Polo Ángeles
Vicario Provincial


Volver arriba