La amistad entre Juan Pablo II y Benedicto XVI (2)
No olvidemos que Juan Pablo II era polaco, mientras que Benedicto XVI es alemán. No olvidemos tampoco que tanto al uno como al otro les tocó vivir una trágica juventud, durante la cual tuvieron que hacer compatible el amor de cada uno por su propio pueblo con la enemistad declarada entre los gobiernos de sus respectivos países.
Peor aún, a ambos les tocó el tener que soportar durante aquella época, muy a pesar de su sincero humanismo universalista cristiano, la trágica enemistad entre sus dos pueblos. Todos sabemos que Polonia fue la primera víctima como pueblo de la loca aventura a la que condujo el nazismo al pueblo alemán.
La amistad de estos dos grandes hombres, cada uno prototipo de la grandeza humana de su propio país, simboliza de manera extraordinariamente visible y auténtica la reconciliación entre sus dos pueblos.
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No mucho tiempo después, durante los funerales que preside como decano del sacro colegio cardenalicio, el cardenal Ratzinger llora a su amigo Juan Pablo II, que había cargado con su cruz hasta el final.