Pilotar su vida aporta momentos mágicos no solamente a cada uno de nosotros, sino también a cada colectividad humana. En este día de exaltación del amor, uno de cuyos simbolismos es la cena compartida y otro el lavatorio de los pies de los discípulos por el maestro, pienso en las parejas que no encuentran manera de albergar su amor, por culpa de los especuladores inmobiliarios, y en las ciudades que pierden su derecho a ofrecer espacios creativos a sus ciudadanos, por traición de quienes tendrían que garantizarlos.
Estimado Carlos, tu hermosa alegoría del pilotaje demuestra una vez más que eres no solamente un buen piloto, sino también un auténtico entrenador de pilotaje.
Desde la página de la "Amistad Europea Universitaria" te envío nuestro saludo y nuestro deseo de que muchos blogueros se beneficien de la creatividad de tu entrenamiento al pilotaje.
"De profesión piloto" by Carlos Díaz Ruiz