Solidaridad

Sin solidaridad no hay nacionalidad.



En un mundo regido por la competencia y el individualismo, la fuerza vital de la solidaridad fraterniza a los iguales, los hermana, haciendo que sus diferencias no comprometan para nada su igualdad, sino que la afiancen y enriquezcan, convirtiéndola en complementariedad.



La nueva frontera entre nuestras regiones autonómicas sería la insolidaridad.

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