Universidad jesuita en El Líbano 2

Recordamos aquí una notable intervención de su Rector, hace seis años, para hacer comprender lo que está en juego en el Líbano actual. El Padre Selim Abou, Rector de la USJ, pronunció esta conferencia el 24 de junio de 2000, durante la clausura de las fiestas del 125 aniversario de la Universidad. Las palabras pronunciadas entonces siguen siendo actuales ahora, seis años después. La diferencia entre entonces y ahora es que la nueva guerra les añade un dramatismo de actualidad profética que nos llena de emoción. Reproducimos aquí el final de su intervención.
Los retos y la esperanza
En los peores momentos de la guerra del Líbano, la Universidad San José no perdió ni un solo instante la esperanza.
Funcionó en locales de fortuna fuera de la ciudad o en los sótanos de los campus, a pesar de la amenaza de los obuses, pero nunca perdió la esperanza.
Fue un objetivo privilegiado de los bombardeos, pero reconstruyó cada vez lo que se destruía, ya que ella nunca perdió la esperanza.
Enterró sus muertos y vendó sus heridas, pero la Universidad San José no perdió nunca la esperanza.
La esperanza se basa hoy en la perspectiva de una paz regional justa y equitativa.
A menos que se quiera transformar el Líbano en un hogar permanente de desestabilización en el corazón del Oriente Próximo, las potencias que patrocinan las negociaciones de paz no pueden ni seguir dando su apoyo a la satelización de este país ni desequilibrar su composición comunitaria con transplantes extranjeros.
Hay pues razones para creer que el día en que el Líbano será invitado a la mesa de negociaciones, no será para firmar un acuerdo ya sellado, cuyos gastos tendrá que pagar.
A la espera de este momento, debe prever los cambios políticos, económicos y culturales que la paz implicará inevitablemente para que, en el momento oportuno, tome en mano su propio destino y que recobre, sobre nuevas bases, el papel regional que era el suyo.
El porvenir es incierto, pero la esperanza es más fuerte que la duda.
La Universidad San José tiene la certeza de que sigue siendo fiel a la misión que se asignó hace 125 años, formando hombres y mujeres altamente cualificados, conscientes de los problemas que afronta su país, decididos a sacrificar el bienestar que ellos encontrarían bajo otros cielos más clementes, para consagrarse aquí mismo a la reconstitución del tejido social, a la rehabilitación del Estado y a la consolidación de la nación. Con este fin la Universidad San José se esfuerza en seguir siendo un polo de excelencia, un alto lugar de cultura, un espacio de libertad.