Grito de auxilio de un creyente I Jueves de Cuaresma

Defiéndeme que estoy sola y no tengo más defensor que Tú

I Jueves de Cuaresma

“¡Señor mío, Rey nuestro, Tú eres el único! Defiéndeme que estoy sola y no tengo más defensor que Tú, porque yo misma me he puesto en peligro”. (Est 4, 17i)

La llamada cuaresmal al ayuno, a la limosna y a la oración, se prolonga a lo largo de los días. En la oración se escucha lo que Dios desea para ti, sin que te sientas violentado.

La oración es el recinto donde tomar conciencia de no estar solo.

Pensamiento: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré” (Mt 11, 28). “Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco” (Mc 6, 31).

Propuesta: No te encierres en ti mismo, remonta el muro infranqueable por elevación, por la oración.

Cuestión: ¿Crees que Dios escucha tu súplica?

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