La Sagrada Familia acoge un emotivo acto final del Atrio de los Gentiles Y el diálogo se hizo carne... y habitó en Barcelona

(Jesús Bastante).- Y el diálogo, y la Palabra, y la música, y la poesía, se hicieron carne... y habitaron en Barcelona. La Sagrada Familia, el templo infinito surgido del ingenio, y de la fe, de Antoni Gaudí, acogió esta noche el acto de clausura del Atrio de los Gentiles que durante dos días ha reunido en Barcelona a creyentes y no creyentes en torno al debate sobre la belleza y la trascendencia.

El punto final no desmereció ninguno de los actos anteriores. La majestuosidad del templo gaudiniano acogió (bajo la coordinación de nuestro compañero Peio Sánchez) los cantos de Montserrat Caballé, el Aleluya de Haëndel, los coros de las principales parroquias catalanas, en una sinfonía única que culminó con estreno de "Este es el día en que actuó el Señor" de Bernat Vivancos. Poesía, teología, filosofía, música y voluntad de encuentro presidieron estas jornadas, clausuradas por el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, quien en sus palabras finales destacó la "maravillosa experiencia de diálogo amistoso y respetuoso entre personas de ocnvicciones diferentes".

"El diálogo entre fe y cultura es una forma de mostrar que la causa de la Humanidad demanda el esfuerzo conjunto de todos los que se sienten criaturas, para sostenerla", apuntó el purpurado, quien denunció que "el divorcio entre fe y cultura es uno de los grandes dramas de nuestro tiempo". "El Evangelio invita a unirse en la pluralidad de culturas que existen en el mundo" proclamó Sistach, para quien el "camino de la belleza", ha de convertirse "en un recorrido artístico y estético, en un itinerario de fe, de debate teológico".

Especialmente en estos momentos de grave crisis económica que, como recalcó el purpurado catalán, "es también una crisis antropologica y de valores, mientras que la belleza nos lleva a la verdad y a la bondad".

"No podemos perder la riqueza del misterio -concluyó el cardenal- porque en nuestra vida se encuentra constantemente la presencia del Misterio de Dios, aunque muchas veces no aparece explícitamente".

Especialmente emotivas resultaron las palabras del presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, Gianfranco Ravasi, quien rescató la idea de que "el Jesús de los ses un hombre de diálogo", un diálogo que a veces le llevó a la indignación "con el sufrimiento humano".

"Jesús sintió indignación, incluso cólera, ante el mal físico y la pobreza. Él no temió dialogar con sus manos, tocar a los 'excomulgados', los leprosos, no dudó en dejarse abrazar los pies por la pecadora e interpelar a la adúltera (...), se sentó a la mesa con pecadores y publicanos. Ése es el diálogo que sostiene el Atrio de los Gentiles, un espacio abierto donde los diferentes discursos pueden escucharse y confrontarse, como ha ocurrido en Barcelona".

A lo largo de la tarde, se sucedieron toda suerte de diálogos -se echó en falta una mayor interacción entre los ponentes, aunque el acto en sí no permitía tal posibilidad- entre las Escrituras (la Creación y el Evangelio de Juan); los teólogos (Santiago del Cura y Armand Puig); los poetas (David Jou y Gemma Gorga), todo ello bajo el eje de la mejor música religiosa catalana y universal desde el siglo XI a la actualidad.

Más información pinchando aquí:

Volver arriba