“El que enseña a los corazones tiene su cátedra en el cielo” (San Agustín) Domingo 21º C TO 2ª Lect. (25.08.2019)

Jesús, Palabra educadora del Amor

Comentario: “Dios os trata como a hijos(Hebr 12,5-7.11-13)

El domingo pasado nos brindaba el criterio básico para “conducir” la vida: “fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús” (12,2). Hoy se subraya la actitud principal de Jesús: creer en el amor del Padre, escuchar su Espíritu, rezar su oración, vivir como Hijo de Dios. Es la actitud del creyente con Dios. La liturgia traduce las palabras “paideia” y “paideui” por “corrección” y “reprende”. Originarias de “paîs, paidós” (niño, hijo...), significan propiamente: “educación y educa”. La relación con el Misterio creador puede abordarse desde la óptica educativa. Dios se va revelando en la naturaleza y en la historia, según nuestra capacidad de ver, sentir, interpretar y seguir su voz misteriosa. “Mi padre sigue actuando y yo también actúo”(Jn 5,17).

Relación educativa de padre-hijo

Habéis olvidado la exhortación paternal (lit.: “como a hijos”) que os dieron: `Hijo mío, no rechaces la corrección (“paideias”: educación) del Señor, ni te desanimes por su reprensión; porque el Señor reprende (“paideui” educa) a los que ama, y castiga a sus hijos preferidos´ (Prov 3,11-12). Soportáis la prueba para vuestra corrección(“eís paideian hipoménete”: “aguantad para educación”), porque Dios (ho zeós: èl dios´ con artículo se refiere al de Jesús) os trata como a hijospues, ¿qué padre no corrige a sus hijos?” (vv.5-7). No es “ordeno y mando”, sino “escucha y habla”. A veces reprende, pero no desanima. Hace ver su propuesta mejor. No crea castigos a capricho ni excluye de su amor. Su voz se oye en la conciencia, en el amor herido, la libertad maltratada... La cita de Proverbios, antología antigua de sabiduría, subraya la función pedagógica del dolor, como en otros libros (Job 5,17; 33,16-30; Deut 8,5).

La educación produce “justicia

La versión literal es más explícita: “Toda educación(`paideia´) de momento no parece que sea motivo de alegría, sino de tristeza, pero, al fin, a quienes se han entrenado gracias a ella les paga con un fruto pacificador: la justicia. Por eso enderezad las manos abatidas y las rodillas flojasycaminad con pisadas derechas para que el pie cojo no sufra una torcedura, sino más bien se cure” (12, 11-13). La “educación”, como ejercicio de autodominio, capacidad de elegir lo mejor (verdadera libertad), aparenta tristeza. Pero “a quienes se entrenan, les regala “fruto pacificador de justicia” (`carpòn eirenikòn dikaiosines´). Experiencia de paz, ajustamiento personal y social. La propuesta de Jesús va en esa dirección: amor al servicio de los derechos y deberes humanos. Apunta hacia la perfección, consumación de valores. “Enderezad las manos abatidas y las rodillas flojas (Is 35, 3; Eclo 25, 23),ycaminad con pisadas derechas” son metáforas del quehacer ético. No brazos caídos, sino manos tendidas a lograr vida digna, piernas fuertes hacia los necesitados, pisadas directas al bien.

Oración: Dios os trata como a hijos(Hebr 12,5-7.11-13)

Aceptamos, Jesús, esta exhortación de la carta a los Hebreos:

`Hijo mío, no rechaces la correccióndel Señor,

ni te desanimes por su reprensión;

porque el Señor reprende a los que ama,

y castiga a sus hijos preferidos” (Hebr 12, 5-6).

Es sabiduría humana, recogida en el libro de los Proverbios,

antología de sabiduría de muchas culturas y pueblos.

Sabiduría atestiguada por creyentes antes y después de ti, Jesús:

reconoce, pues, en tu corazón que el Señor, tu Dios,

te ha corregidocomo un padre corrige a su hijo” (Deut 8, 5).

Lo corrige en el lecho de dolor... si tiene un ángel junto a él,

un abogado entre mil, capaz de responder de su honradez...” (Job 33, 19.23).

Es la corrección fraterna perfilada en el evangelio:

si tu hermano te ofende, repréndelo,

y si se arrepiente, perdónalo” (Lc 17, 3).

Somos fruto del Amor creador y vivificador del Padre:

antes de formarte en el vientre, te elegí” (Jer 1,5),

Dios nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo” (Ef 1,4),

me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia” (Gál 1, 15);

Dios nos ha creado en Cristo Jesús,

para que nos dediquemos a las buenas obras,

que de antemanodispuso él que practicásemos” (Ef 2, 4-10).

Aceptamos responsablemente esta exhortación tan verdadera:

fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, en ti, Jesús;

soportamos la prueba como corrección, pues como a hijos nos trata Dios”;

te contemplamos a ti, Jesús, iluminado por el Amor del Padre;

tu exhortación “esforzaos en entrar por la puerta estrecha”(Lc 13, 24),

coincide con la exhortación apostólica que leemos hoy:

Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele;

pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en el ella” (v. 11). 

La puerta de la libertad y del amor “parece tristeza”:

solidaridad esforzada para vivir en fraternidad;

compromiso para hacernos personas a tu imagen;

abandono en Quien nos ama y nos hace vivir con sentido;

amor, tolerancia, que respeta la cizaña y el trigo, creciendo juntos;

respeto a las personas, seres históricos y responsables;

oferta de realización plena a todos, hasta el final;

espera y alegría por todo avance y superación;

compasión ante cualquier retroceso o estancamiento.

Jesús, hermano, Palabra educativa del Padre:

invitas a reconocernos hijos de Dios;

atacas como una osa cuando le arrebatan sus cachorros” (Os 13,8);

no ofreces dones y holocaustos para aplacar la ira divina,

ni oraciones de desagravio por quienes no adoran a Dios;

estás en nuestro corazón con la unción de tu Espíritu:

“el que enseña a los corazones tiene su cátedra en el cielo” (San Agustín);

el Amor es la base de tu espiritualidad:

- Amor quedialoga con nosotros como hijos...” (Hebr 12,7);

- Amor que lleva a curar males y restaurar potenciales de vida; 

- Amor que encara la injusticia y la marginación;

- Amor que “fortalece las manos débiles y las rodillas vacilantes,

camina por una senda llana;

asíel pie cojo no se retuerce, sino que se cura” (Hebr 12,12).

Preces de los Fieles (D 21º TO C 25.08.2019): Jesús, Palabra educadora del Amor

Ponemos ante Dios nuestra vida. Convencidos de que Dios, el Padre de Jesús, “nos trata como a hijos”. Guía nuestra vida con “el Verbo, hecho carne, el Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14). Pidamos perseverar en su educación, diciendo: danos, Padre, un corazón como el tuyo”.

Por los responsables de las comunidades cristianas:

- que tengan “fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús”;

- que puedan así educar y servir a sus comunidades, con tu Amor.

Roguemos al Señor: danos, Padre, un corazón como el tuyo”.

Por los gobernantes de los pueblos:

- que sean personas con carisma de reconciliación y concordia; 

- que sean escuchados y ayudados por todos.

Roguemos al Señor: danos, Padre, un corazón como el tuyo”.

Por las víctimas de la violencia física o moral:

- que sientan en su corazón el Amor del Padre creador y vivificador;

- que crean en el Amor que “ataca como una osa cuando le arrebatan sus cachorros”.

Roguemos al Señor: danos, Padre, un corazón como el tuyo”.

Por la educación cristiana de nuestro pueblo:

- que vivamos en diálogo “con quien sabemos nos ama”(S. Teresa de Jesús);

- que oigamos su voz en la vida, deseos, personas, situaciones...

Roguemos al Señor: danos, Padre, un corazón como el tuyo”.

Por el buen tráfico en las carreteras:

- que todos observen las normas de tráfico;

- que seamos solidarios, ayudemos siempre a cuidar la vida.

Roguemos al Señor: danos, Padre, un corazón como el tuyo”.

Por el éxito de las vacaciones:

- que sirvan para descansar y arreglar conflictos;

- que ganemos en cordura, en agradecimiento, en paz.

Roguemos al Señor: danos, Padre, un corazón como el tuyo”.

Por esta celebración de la Cena del Señor:

- que sintamos el Amor educado y educador de Jesús;

- que nos urja a realizar los derechos y deberes humanos.

Roguemos al Señor: danos, Padre, un corazón como el tuyo”.

Acepta, Padre, nuestra plegaria. Preocúpanos y ocúpanos con tu educación. Que nuestra vida sienta tus reproches amorosos y queramos siempre seguir los impulsos de tu Espíritu, que vive por los siglos de los siglos.

Amén.

Jaén, agosto 2019

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