Comentario: “Entra en tu cuarto... y ora a tu Padre” (Mt 6,1-6.16-18)

Jesús revisa las obras de piedad del judaísmo y propone cómo realizarlas según el Reino de Dios (Mt 6, 1-18). Estas obras, llamadas “vuestra justicia”, son acciones que agradan a Dios. La práctica farisea las convertía en gestos exteriores, formales. Jesús les dice que no agradan a Dios si no surgen de la experiencia de su amor.

La limosna debe ser expresión del amor fraterno. Si se hace para “ser honrados por la gente”, se pervierte. Si se hace desde el amor que vivía Jesús, que “siendo rico, se hizo pobre por nosotros....” (2Cor 8,9), se hace fraternidad. Reviste muchas formas: compañía, consejo, ayuda... Todas nacen de la mirad real a la vida. Jesús conocía las miserias humanas, el dolor..  Su limosna (curar, escuchar, orar con...) respondía a la necesidad. Compartir hace sentir la “recompensa del Padre”, su alegría, su paz...

Cuando “rezas a tu Padre” desde “tu cuarto”, desde el corazón, sentirás su amor entrañable y adorarás agradecido su benevolencia. Su compañía amorosa, libre, segura, compasiva, alegre, pacífica... será tu “paga”. Jesús no parece aprobar las oraciones ostentosas, las peregrinaciones, procesiones llenas de boato, celebraciones con ropajes brillantes... Su oración modélica es el Padrenuestro.

Cuando “ayunes” o te prives de algo... no lo hagas en tristeza y comedia. Alégrate porque tu privación sirve para amar. La austeridad expresa el dominio de sí mismo, la libertad personal, el señorío sobre nuestro mundo interior. Es un modo de respetarnos, de cuidarnos, de estar más disponibles para quien nos necesita. No tiene sentido para cumplir la ley. Resulta risible en quien pasa de los pobres y vive en la opulencia y derroche habitualmente. 

Las relaciones básicas (con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza, con Dios...) las revisamos en cuaresma. El amor de Dios será el criterio y la luz, el fuego que quema el egoísmo y el desvarío, el educador que endereza hacia del Reino. El Resucitado, hecho “espíritu vivificante” (1Cor 15,45), nos regala el amor de Dios, y hace que “todos nosotros, con la cara descubierta, reflejamosla gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplendor creciente, por la acción del Espíritu del Señor” (2Cor 3,18).

Oración: “entra en tu cuarto... y ora a tu Padre” (Mt 6, 1-6.16-18)

Tu invitación, Jesús, sigue vigente:

“Convertíos a mí de todo corazón...,

rasgad los corazones, no vuestros vestidos...;

vuestro Dios es compasivo y misericordioso,

lento a la cólera, rico en amor” (Joel 2, 12-13).

“os pedimos que os reconciliéis con Dios...;

ahora es el día de la salvación” (2Cor 5, 20; 6,2).

“entra en tu cuarto... y ora a tu Padre” (Mt 6,6).

Iniciamos la Cuaresma, Jesús de todos, mirando a un testigode tu amor:

el Abbé Pierre, “ángel de los pobres” (1912 – 2007), sacerdote católico francés, fundador en 1949 del movimiento “traperos de Emaús”, organización de lucha contra la exclusión y la pobreza.

Meditamos unos textos suyos sobre la oración:

“En la oración me desembarazo de lo que es accesorio.

Cuando en tiempos de la Resistencia

o cuando en Emaús sufríamos graves crisis,

yo me recogía en la alta montaña para hacer una semana de ayuno,

antes de tomar algunas decisiones determinadas;

en absoluto era para reflexionar.

Era un tiempo para no reflexionar.

Una vez que estaba todo bien barrido y con los cristales bien limpios,

lo que había que hacer era evidente.

Con frecuencia digo que Emaús se hizo de esta manera.

No fue nunca fruto de una reflexión, de un proyecto”.

“Nacemos todos dentro de la ilusión:

El secreto de la vida, a medida que progresamos en todos los campos,

es salir de lo ilusorio.

Salir del mundo ilusorio es lo que hace eficaz nuestra acción.

El domingo de Ramos los discípulos de Emaús

se creían que Jesús aceptaría ser rey.

Y cuatro días después asistían a la agonía y a la Pasión.

Todo se desmorona y ellos se dispersan...

Una vez que reconocen a Jesús vuelven atrás.

Era necesario que pasaran por la desilusión (rechazo de lo ilusorio)

para que fuese posible el entusiasmo (en griego: “uno con Dios”)

y que ya no tuviesen más miedo”.

“En un encuentro con el Dalai Lama le pregunto

qué es la oración para los budistas:

- “la oración contribuye a nuestra conversión

haciéndonos salir de lo ilusorio”.

-¿Qué quiere decir “salir de la ilusión”?

-La desilusión entusiasta es eso:

salir de las ilusiones para ser capaces de ver la realidad,

tomar conciencia de lo que hay de horrible en el mundo y en la vida;

descubrir igualmente que es posible, partiendo de esta experiencia,

comprometer la vida por la justicia,

por el respeto de los derechos humanos”.

“A partir del momento en que se siente la compasión

uno ya no puede parar, no hay límite.

A menudo se trata de una compasión de naturaleza muy general,

pero muchas veces la compasión es brutal al ver

hombres que se vuelven locos

o cuando veo familias sin techo.

Entonces, al ser sacudido de esta manera, siempre sin pensármelo,

me siento lanzado a la acción.

Porque soy hombre de acción, pero seguramente

porque soy un hombre de pasión”

(Citado por J. M. Rambla en: ALDEA GLOBAL, JUSTICIA PARCIAL. Cristianismo y Justicia. Barcelona 2003, pág. 204-205).

Ayúdame, Cristo hermano, a

“entrar en mi cuarto, cerrar la puerta, y rezar al Padre”;

su amor “barrerá mi suciedad y limpiará mis cristales”;

su amor me dará un mirada limpia, transparente, profunda, libre;

su amor me hará ver las cosas como son, no como parecen;

su amor me enseñará lo que hay de horrible en el mundo y en la vida;

su amor “comprometerá mi vida por la justicia y los derechos humanos”;

su amor me pasará “por la desilusión (rechazo de lo ilusorio)

para que sea posible el entusiasmo (en griego: “uno con Dios”)

y que ya no tenga más miedo”.

Leganés, 26 febrero 2020

Preces de los Fieles (Miércoles de Ceniza 26.02.2020)

La ceniza recibida es señal de querer vivir la experiencia cuaresmal. Durante cuarenta días revisaremos nuestra vida a la luz del evangelio de Jesús. Así creceremos en su seguimiento, y viviremos mejor la alegría pascual. Pidamos vivir la Cuaresma diciendo: “queremos ver la vida con tus ojos, Señor”.

Por la Iglesia:

- que revise su vida y su organización desde el Evangelio;

- que ponga el centro de su acción el cuidado de los más pobres.

Roguemos al Señor:“queremos ver la vida con tus ojos, Señor”.

Por las intenciones del Papa (Febrero 2020):

- que “el clamor de los hermanos migrantes,

 víctimas del tráfico criminal, sea escuchado y considerado”.

Roguemos al Señor: “queremos ver la vida con tus ojos, Señor”.

Por quienes presiden las comunidades cristianas:

- que no apaguen el Espíritu, sino que respeten y alienten lo bueno;

- que sean capaces de dialogar, cambiar usos y normas opresoras.

Roguemos al Señor: “queremos ver la vida con tus ojos, Señor”.

Por nuestra sociedad, nuestro pueblo:

- que crezca en reflexión, en acogida, en compromiso social;

- que sea capaz de analizar los problemas y buscar soluciones justas.

Roguemos al Señor:“queremos ver la vida con tus ojos, Señor”.

Por los enfermos, los parados, los más desprotegidos...:

- que perciban nuestro ayunos y abstinencia como cuidado de su vida;

- que maduren en aceptar la fragilidad y en luchar por superarla.

Roguemos al Señor:“queremos ver la vida con tus ojos, Señor”.

Por quienes hemos venido a esta celebración:

- que iniciemos la cuaresma con voluntad de realizarla bien;

- que meditemos la Palabra, hagamos oración, vivamos el amor.

Roguemos al Señor:“queremos ver la vida con tus ojos, Señor”.

Queremos, Señor, restablecer tu amor en nuestras personas; que tu Espíritu conduzca nuestra ayuda a los hermanos, oriente nuestra oración al Padre, sostenga nuestro esfuerzo por ser señores de nosotros mismos. Para que celebremos tu pascua, tu paso de la muerte a la vida, contigo que vives por siglos de los siglos.

Amén.

Leganés, 26 febrero 2020