Hoy celebramos una fiesta familiar: María, madre de Jesús, “superado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial... para que se configurara más plenamente con su Hijo” (LG 59). En María “admiramos, ensalzamos y contemplamos con gozo lo que deseamos y esperamos ser” (SC 103). Por eso, hoy decimos unidos: “¡Enhorabuena, María del cielo!”

Por la Iglesia:
- que se parezca a María, oyendo y viviendo la palabra de Dios;
- que esté atenta a las necesidades, como María en las bodas de Caná.
Oremos al Señor: “¡Enhorabuena, María del cielo!”.

Por nuestro pueblo:
- que sepa librarse de venganzas, tengamos buena intención;
- que seamos capaces de vencer el mal a fuerza de bien.
Oremos al Señor: “¡Enhorabuena, María del cielo!”.

Por los políticos (cuidadores del bien común):
- que sean humildes, y busquen el bien de la sociedad;
- que sean honrados y cobren lo justo por su trabajo.
Oremos al Señor: “¡Enhorabuena, María del cielo!”.

Por nuestra juventud:
- que sean amantes del trabajo, de la justicia, del bien para todos;
- que no caigan en situaciones de esclavitud (droga, alcoholismo, prostitución...).
Oremos al Señor: “¡Enhorabuena, María del cielo!”.

Por los días de fiestas:
- que sean días de convivencia sana, relajada, divertida...;
- que María, madre de Jesús y nuestra, se alegre por nuestra vida.
Oremos al Señor: “¡Enhorabuena, María del cielo!”.

Por esta celebración:
- que sintamos la alegría de María, ya en el cielo;
- que nos ayude a felicitar a María y sentir su amor desde el cielo.
Oremos al Señor: “¡Enhorabuena, María del cielo!”.

¡Enhorabuena, María del cielo, “arca de la alianza”!
Te sentimos gozosa con el Padre y el Hijo en el Espíritu. Te sentimos, como a tu Hijo, cercana a nuestra vida. Sentimos tu amor hacia la humanidad entera por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González