La “puerta estrecha” es amar a todos: curar, alimentar, dar sentido, respetar la vida, procurar la paz, entenderse en la justicia... Esta es la salvación que Jesús ofrece. Para ello nos entrega el amor del Padre, su fe y su esperanza. Pidamos vivir nuestra vida adecuadamente diciendo: “queremos vivir tu amor”.

Por la Iglesia:
- que no desprecie ni excluya a nadie de su amor;
- que respete todos los caminos humanizadores de salvación.
Roguemos al Señor: “queremos vivir tu amor”.

Por las víctimas de la violencia:
- que cese toda clase de violencia, sobre todo la religiosa;
- que las víctimas sean atendidas, respetadas, curadas...
Roguemos al Señor: “queremos vivir tu amor”.

Por la religiones:
- que sean caminos de bondad, de honradez, de ayuda al necesitado...;
- que ofrezcan libremente su oferta de sentido, sin buscar privilegios.
Roguemos al Señor: “queremos vivir tu amor”.

Por nuestra sociedad y sus dirigentes:
- que sean abiertos a todo lo bueno y humanizador;
- que acojamos a los perseguidos y maltratados.
Roguemos al Señor: “queremos vivir tu amor”.

Por nuestra comunidad cristiana:
- que seamos una comunidad sana, dialogante, comprometida;
- que podamos “reunirnos, unirnos, escucharnos, discutir, rezar y decidir” (Papa Francisco).
Roguemos al Señor: “queremos vivir tu amor”.

Por esta celebración:
- que nos llene del Espíritu humilde y amoroso de Jesús;
- que nos sintamos movidos a entrar por la puerta de su amor y libertad.
Roguemos al Señor: “queremos vivir tu amor”.

Queremos, Jesús de todos, centrar nuestra vida en la bondad y la honradez de tu vida. Queremos realizarnos como liberadores de todo mal y hacedores de todo bien. Como tú, Jesús que “pasaste haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal” (He 10, 38). Y vives por los siglos de los siglos.

Amén.