Preces de los Fieles (Miércoles de Ceniza -01.03.2017-): Convertíos a la Verdad y al Amor

El mensaje cuaresmal del Papa nos recuerda que “la Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo... Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor” (Mensaje del Papa). Pidamos esta conversión al Amor, diciendo: “queremos `abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres´”.

Por todas las iglesias:
- que para ellas el pobre sea “alguien conocido..., un don, un tesoro..., un ser querido, amado,
- recordado por Dios, aunque su condición concreta sea la de un desecho humano”.
Roguemos al Señor: “queremos `abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres´”.

Por los pobres a las puertas de la iglesias:
- que “el pobre en la puerta... sea una llamada a convertirnos y a cambiar de vida”;
- que les “abramos la puerta de nuestro corazón, porque cada persona es un don...”.
Roguemos al Señor: “queremos `abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres´”.

Por los ricos, “los que confían en la riqueza” (Mc 10, 24-25):
- que sean capaces de superar la vanidad, la apariencia, la soberbia, frutos del dinero;
- que no olviden que son simplemente un mortal, vean al pobre y se conviertan al Amor.
Roguemos al Señor: “queremos `abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres´”.

Por quienes quieren vivir la cuaresma:
- que “presten oído a la Palabra de Dios”;
- que “la Palabra de Dios, fuerza viva, les suscitar la conversión del corazón”.
Roguemos al Señor: “queremos `abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres´”.

Por los enfermos, parados, emigrantes, refugiados...:
- que veamos en ellos a Cristo y le atendamos como es debido;
- que se dejen llevar del Espíritu de Jesús y sean testigos de su vida.
Roguemos al Señor: “queremos `abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres´”.

Por esta celebración:
- que nos abra la puerta de la conversión a Dios y a los hermanos;
- que nos mueva a revisar nuestra vida, a servir a los necesitados, a vivir en comunidad.
Roguemos al Señor: “queremos `abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres´”.

Bendice, Señor, nuestros deseos de renovación. Que tu “Espíritu nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados”. Te lo pedimos a ti, Jesús de todos, que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González
Volver arriba