En las comunidades cristianas, corremos el peligro de dejarlo todo en manos de los obispos y sacerdotes. El Espíritu está en todos los cristianos y en la comunidad. Todos somos testigos de Jesús y de su evangelio. Todos estamos llamados a participar según el Espíritu nos sugiere y de acuerdo con nuestros servicios y cualidades. Pidamos ser activos y corresponsables, diciendo: “Queremos ser testigos de tu Amor”.

Por la Iglesia:
- que sea comunidad de comunidades según quería Jesús;
- que haya diálogo, libertad y decisiones comunitarias.
Roguemos al Señor: “Queremos ser testigos de tu Amor”.

Por la paz del mundo:
- que los pueblos sean iluminados con los “ojos del corazón”;
- que el bien común sea el centro del trabajo y distribución de bienes.
Roguemos al Señor: “Queremos ser testigos de tu Amor".

Por los gobernantes de la Iglesia y del mundo:
- que sean elegidos por sus cualidades y bondad;
- que sean honrados y fieles servidores de la vida.
Roguemos al Señor: “Queremos ser testigos de tu Amor”.

Por la democracia en la Iglesia y en el mundo:
- que todos se sientan activos y corresponsables;
- que cuidemos las vocaciones serviciales con verdad y ayuda.
Roguemos al Señor: “Queremos ser testigos de tu Amor”.

Por los más débiles:
- que nos esmeremos en cuidarles y animarles;
- que sientan nuestra cercanía y espíritu de bien.
Roguemos al Señor: “Queremos ser testigos de tu Amor”.

Por esta celebración:
- que sintamos al Espíritu de Jesús en medio nuestro;
- que nos convierta a su Amor que da vida y alegría.
Roguemos al Señor: “Queremos ser testigos de tu Amor”.

Queremos, Señor, reavivar hoy que nosotros, los bautizados en tu nombre, formamos un solo cuerpo, somos tú, el Cristo completo. Y, aunque somos muchos, somos un solo cuerpo, porque todos bebemos de un solo Espíritu, de tu Espíritu. Por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González