Preces de Fieles (D. 19º TO A 2ª Lect. 13.08.2017): el bien de los hermanos es el bien de Cristo

Hoy escuchamos a Pablo dolerse de sus hermanos judíos por no haber reconocido el amor de Dios en Jesús de Nazaret. Su religión -credo, ritos, normas- les ha cerrado los ojos y no han visto el Amor de Dios en Jesús-Mesías. Así sigue siendo hoy. La normas religiosas, sin libertad, no dejan vivir el Amor de Dios. Pidamos hoy reconocer la fraternidad universal diciendo: “todos somos unos en ti, Jesús Mesías” (Gál 3, 28).

Por la Iglesia:
- que anuncie y viva el amor universal de Dios a toda la humanidad;
- que se comporte como Tú, Jesús-Mesías, que acoges y respetas a todos.
Roguemos al Señor: “todos somos unos en ti, Jesús Mesías” (Gál 3, 28).

Por quienes presiden las comunidades cristianas:
- que se dejen conducir por el Evangelio antes que por el Código canónico;
- que supriman toda ley contraria a los derechos humanos.
Roguemos al Señor: “todos somos unos en ti, Jesús Mesías” (Gál 3, 28).

Por las diversas religiones:
- que ninguna se crean absoluta, sabiendo que son creaciones humanas;
- que se sientan frágiles, necesitadas de crecimiento en la verdad comunitaria.
Roguemos al Señor: “todos somos unos en ti, Jesús Mesías” (Gál 3, 28).

Por la paz en el mundo:
- que la sintamos como un deber y un trabajo comunitario;
- que la construyamos aportando lo que somos y tenemos a los más débiles.
Roguemos al Señor: “todos somos unos en ti, Jesús Mesías” (Gál 3, 28).

Por el respeto a la naturaleza:
- que la consideremos como nuestra madre-padre de vida digna;
- que evitemos incendios, talas salvajes, contaminaciones...
Roguemos al Señor: “todos somos unos en ti, Jesús Mesías” (Gál 3, 28).

Por esta celebración:
- que sea cuestión de todos, comunitaria, consciente, sentida, de corazón;
- que nos haga crecer en el Amor inmenso del Padre-Madre, manifestado en Jesús.
Roguemos al Señor: “todos somos unos en ti, Jesús Mesías” (Gál 3, 28).

Queremos, Corazón de Jesús, vivir de verdad que: “no hay en Cristo y en la Iglesia desigualdad por raza, nacionalidad, condición social o sexo, porque `no hay judío ni griego, ni siervo ni libre, no hay varón ni mujer. Todos vosotros sois uno en Cristo Jesús´ -Gál 3, 28 gr.; cf. Col 3, 11-” (LG 32, b). Lo deseamos contigo, Jesús que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González
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