No hace falta ser médico para oler una clarísima mentira sanitaria. Hay gente que son unos sinvergüenzas y quieren tomarnos por ignorantes. José María Simón Castellvi es uno de ellos. Este señor es médico, ruego pues que se le retire del ejercicio y el título por decir disparates que sin duda contaminan la opinión pública.

En la orina se liberan todas las hormonas del cuerpo humano. Consuma una mujer la famosa píldora o no seguirá liberando hormonas como todo ser vivo de este planeta. Además, con las hormonas ocurre lo que pasa con todas las moléculas orgánicas complejas, y es que tienen una vida media, tras la cual se degradan en otras moléculas más sencillas. Por tanto un hombre no va a consumir en un vaso de agua las hormonas que elimine su mujer, salvo que se beba su orina.

Si fuera cierto sus datos de la contaminación ambiental, significaría que las hormonas humanas y animales tendrían una vida media elevada como para acumularse en el medio ambiente, lo cual implicaría toda clase de problemas en multitud de especies. Pero esto ni se observa ni ocurre.

¿De qué hormonas hablamos? Las píldoras anticonceptivas contienen estrógenos y progesterona, hormonas que también están en el hombre ya que son producidas por las glándulas suprarenales. Desconozco si la ingesta de estas pastillas produce abortos, y más cuando algunas de estas hormonas las produce la placenta en la mujer. La píldora tiene por función fundamental subir en las mujeres los niveles de estas hormonas logrando retrasar la ovulación, pero dichos niveles no se suben excesivamente porque eso podría provocar efectos secundarios graves o la muerte. Además, si se retrasa la ovulación ¿donde están los abortos?

Ruego a los obispos que se anden con mucho cuidado. Hay médicos católicos que obsesionados con darles la razón al precio que sea, están dispuestos a pervertir la ética y la medicina contando mentiras y disparates. Confiar en ellos es confiarse a las mentiras, y las mentiras al ser descubiertas restan credibilidad a la verdad y a la Verdad.