La política de Benedicto XVI en los cargos curiales.
Ya dije hace tiempo que Rouco andaba hablando muy bien de Cañizares en Roma para que se lo llevaran. Me lo contó un amigo próximo a Antonio María. Rouco quería librarse de él, el cardenal no soporta que le hagan sombra y Cañizares desde Toledo parecía empecinado en ello. Y Rouco es un arzobispo muy inteligente y astuto, tanto lo bueno como lo malo lo desarrolla en la más absoluta oscuridad. Lo malo que hace Rouco es lo que siempre se termina sabiendo, lo bueno tristemente ahí se queda y termina pareciendo un obispo malvado y oscuro.
Sabe Antonio Maria que la política de Benedicto XVI es colocar en los dicasterios a arzobispos que no hayan hecho su carrera en la curia. Según mi amigo próximo a Antonio Maria, unos creen que Benedicto XVI se fía poco de los curiales y otros que el Papa intenta que el gobierno de la Iglesia sea ejercido por obispos que hicieron carrera fuera para así contar con más opiniones diferentes labradas desde las diócesis y no desde la Santa Sede.
Así en la secretaria de estado colocó al Arzobispo de Génova, Tarcisio Bertone. En la Congregación para la Doctrina de la Fe colocó al arzobispo de San Francisco, William Levada. En la Congregación para el Clero colocó al arzobispo de Sao Paulo, Claudio Hummes. En la Congregación para la Evangelización de los Pueblos colocó al arzobispo de Bombay, Iván Días. Y ahora en la Congregación para el Culto Divino coloca al arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares.
Seguramente Benedicto XVI tenga pensado colocar en un futuro en la curia al arzobispo de Viena, Schönborn, o al patriarca de Venecia, Angelo Scola (ojalá no). Podrían suceder al cardenal Franc Rode, de 75 años de edad y prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
Caso aparte sería suceder al poderoso cardenal Re, que este 30 de enero cumple 75 años, pero seguramente aceptarán la dimisión de Re dentro de dos o tres años. Sin embargo hay rumores que apuntan que podrían colocar aquí a un cardenal muy alejado del ambiente europeo, dicen que el arzobispo de Sydney, George Pell. Juega en su contra que fue acusado de abusos sexuales, y aunque fue absuelto de la acusación, nunca se sabe como pueden volver estas cosas y como pueden usarlo sus rivales y enemigos. El caso es que Juan Pablo II creyó en él y le hizo cardenal, y Benedicto XVI lo conoció más de cerca recientemente en Sydney. Veremos que ocurrirá.
Sabe Antonio Maria que la política de Benedicto XVI es colocar en los dicasterios a arzobispos que no hayan hecho su carrera en la curia. Según mi amigo próximo a Antonio Maria, unos creen que Benedicto XVI se fía poco de los curiales y otros que el Papa intenta que el gobierno de la Iglesia sea ejercido por obispos que hicieron carrera fuera para así contar con más opiniones diferentes labradas desde las diócesis y no desde la Santa Sede.
Así en la secretaria de estado colocó al Arzobispo de Génova, Tarcisio Bertone. En la Congregación para la Doctrina de la Fe colocó al arzobispo de San Francisco, William Levada. En la Congregación para el Clero colocó al arzobispo de Sao Paulo, Claudio Hummes. En la Congregación para la Evangelización de los Pueblos colocó al arzobispo de Bombay, Iván Días. Y ahora en la Congregación para el Culto Divino coloca al arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares.
Seguramente Benedicto XVI tenga pensado colocar en un futuro en la curia al arzobispo de Viena, Schönborn, o al patriarca de Venecia, Angelo Scola (ojalá no). Podrían suceder al cardenal Franc Rode, de 75 años de edad y prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
Caso aparte sería suceder al poderoso cardenal Re, que este 30 de enero cumple 75 años, pero seguramente aceptarán la dimisión de Re dentro de dos o tres años. Sin embargo hay rumores que apuntan que podrían colocar aquí a un cardenal muy alejado del ambiente europeo, dicen que el arzobispo de Sydney, George Pell. Juega en su contra que fue acusado de abusos sexuales, y aunque fue absuelto de la acusación, nunca se sabe como pueden volver estas cosas y como pueden usarlo sus rivales y enemigos. El caso es que Juan Pablo II creyó en él y le hizo cardenal, y Benedicto XVI lo conoció más de cerca recientemente en Sydney. Veremos que ocurrirá.