La cuaresma nos invita constantemente a entrar en el camino de la compasión divina para que los sentimientos de Cristo vayan apoderándose de nuestro corazón. "Todo lo mío es tuyo"

Dios no se guarda nada para sí, es Dios dándose. Jesús todo lo ha recibido del Padre y tampoco quiere asegurarse nada, sabe que tiene una casa para siempre.

VIVE Y REGALA MISERICORDIA - Cuaresma IV

Cuarto Domingo de cuaresma: “Todo lo mío es tuyo”

El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado"».

HECHO DE VIDA: “Aquí tienes tu casa”

Hace tiempo yo escribía así de una mujer sencilla y alegre de la facultad:

"Mamen Megías, del grupo de limpiadoras de la facultad de educación. Me gusta cuando me presenta ante la gente como su compañero de facultad, cuando participa en las fiestas del patrón -San José de Calasanz-, o vamos juntos a la boda de la hija de una compañera como hace unos días. Acaba de venir al despacho, está cansada al final de la jornada... ha estado limpiando desde el cuidado y lo bello. Su propia estampa es signo y sacramento de lo que hace cada día, cuidar la facultad. Hoy está cansada por la limpieza a fondo de un aula, ahora que han terminado las clases... ha ido hasta lo más oculto, lo que no se ve a primera vista, pero ella si lo ve. Se siente satisfecha, mañana sólo tendrá que fregarla bien. Un año más queda dispuesta el aula con olor a limpio y a novedad, ella orgullosa de su trabajo bien hecho. Su cara, como digo, es para mí hoy el signo de su modo de trabajar y relacionarse. Es una joya, que escucha con el brillo del oro y ve con el azul del cielo y el sentir del corazón... por eso une, con gracia, lo bello y lo limpio¡...

Hoy se ha acercado una vez más al despacho y os lo cuento al hilo del evangelio:

Mamen

Mamen venía cansada, tras su trabajo de limpieza en la facultad, me hablaba de sus tareas e inquietudes. Últimamente traía entre manos una cuestión familiar importante. Su tío Pauli, que sufrió un accidente de moto siendo adolescente, es minusválido, lo había cuidado su madre, ya mayor. Ahora estaba más dependiente, enfermó, lo llevaron al hospital, pero no podía volver a su casa, muy pobre, que no reunía mínimas condiciones. Su pensión de las más mínimas de minusvalía. Él lloraba de pensar que tenía que irse a una residencia. Ella se le rompía el corazón y, tras hablar con su marido, deciden prepararle la habitación de su hijo, llevarlo con ellos y cuidarlo. Ahora les tocaba un tiempo de libertad para ellos, pero ella no podía dejar a su tío Pauli de esa manera. Le ha abierto su casa y le ha mostrado que “todo lo nuestro, del matrimonio, es tuyo”. Ahora se tienen que organizar pensando en él, le cansa porque se suma a todo su trajín, pero vive en paz porque está haciendo lo que tiene que hacer. Yo le digo que esa es la mejor devoción a la virgen de la Soledad que ella tanto quiere, y al leer este evangelio yo veo en el rostro del Padre a Mamen y a Félix. Pauli va feliz en su nueva silla con motor por todo el barrio, se siente recuperado y orgulloso.

Yo me sonrío y recuerdo lo que escribía de ella, de su sencillez y sabiduría en la facultad, y me alegro de su amistad, las cosas que Dios revela a los sencillos y que hoy Mamen me ha confirmado una vez más.

Reflexión

Jesucristo, siendo imagen visible del Dios invisible, ha mostrado de modo inequívoco que Dios es pura gratuidad y donación, perdón hecho casa. Él no se ha guardado nada para sí, se ha entregado en cuerpo y alma, se ha hecho alimento, buen pan para andar el camino de la historia, buen vino para alegrar el corazón de la humanidad. También aceite para aliviar y consolar todas las heridas. Nada que le ocurre al hombre, especialmente al débil, le es ajeno, sino que se identifica y le da todo lo suyo, hasta su sangre. En este tiempo nos preparamos para la pascua y oímos la invitación de Cristo: “mira que estoy a la puerta y llamo, si me abres entraré y cenaremos juntos”. El quiere estar y ser en nosotros como en su casa. El camino para que esta unidad se realice está clara: que todo lo nuestro sepamos ofrecerlo en gratuidad y perdón consumado. Que todo hombre herido nos encuentre acogedores, nos sienta prójimos, hermanos queridos, perdón regalado.

Conviértete

Pienso en personas, situaciones, colectivos que buscan mi casa, mi corazón, mi perdón, que están a la puerta. Contemplo cómo Dios me ha abierto su casa, he sentido su paternidad y su ayuda en todos los que me han acogido en mi vida. Me detengo y decido abrir la puerta a… para que lo mío lo sienta suyo.

Oración para esta semana

Señor, prefiero un día en tu casa que mil fuera de ella. Vivir en ti es gozar del verdadero amor y la auténtica fraternidad, dar valor profundo a los más pequeños detalles de la vida de cada día: familia, iglesia, trabajo, vecinos, amigos, diversión, cultura… tanta vida compartida. Ayúdame Señor a ser agradecido con la casa común que tú me ofreces cada día desde la salida del sol hasta su ocaso, hazme consciente de que todo lo tuyo es mío y dame las agallas suficientes para que todo lo mío pueda ser por y para los demás en un amor profundo.

Volver arriba