Profeta que denuncia compromisos olvidados

El sistema económico actual es inconstitucional. El español y el de muchas instituciones internacionales. Lo es porque incumple sus compromisos fundacionales. Es labor del profeta denunciarlo.

La Constitución Española propone “establecer la justicia, la libertad y la seguridad promoviendo el bien común”. “Promover el progreso de la economía, para asegurar a todos una digna calidad de vida”.

El Fondo Monetario Internacional (creado tras la Gran Depresión de los años 30) nació con el objetivo de prevenir crisis financieras y de fomentar un crecimiento económico sostenible, mejorar los niveles de vida y reducir la pobreza. Unos principios que siguen presentes (se pueden ver en su página web) y que comparte con el Banco Mundial.

La realidad actual es muy distinta. La política y la economía se rigen, en exclusiva, por el afán de lucro. Han relegado su compromiso con el bienestar y el servicio a la sociedad.

La consecuencia de esos hechos es que gozamos de una salud social precaria. Constatada en la quiebra de confianza en las instituciones; agudizada por la corrupción existente; reflejada en un desánimo generalizado; y concretada en desigualdades sociales crecientes.

Si eso es así ¿podemos callarnos las personas creyentes?

Es labor del profeta proponer, a tiempo y a destiempo (como dice san Pablo) la fuerza renovadora del Evangelio. Leer e interpretar los signos de los tiempos. Denunciar y anunciar. Ayudar a fortalecer el sentido crítico; a no ser colaboracionistas; a rebelarnos contra la tolerancia; a premiar al que obra bien y castigar al que obra mal; a fomentar el comportamiento responsable de las instituciones; a que éstas antes que dar de lo que les sobra den a cada uno lo que en justicia le corresponde.

Es labor del profeta estar y actuar en el mundo con la convicción de que la Pascua se ha hecho realidad.

Mis deseos de ¡Feliz Pascua! se concretan en pedir que nuestra presencia en el mundo se plasme en una evangelización que hace suyos valores como la justicia, dignidad, solidaridad, ecología, sostenibilidad, participación democrática y transparencia.
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