Tú has de ser siempre tú
Pablo Durá, de ACIT Joven, hablaba desde Covadonga, mostrándose como un privilegiado por hacerlo en ese lugar emblemático, donde palpaba el carisma con la fuerza que le daba saberse en el origen de la Institución Teresiana. Y resumo lo que decía:
En 1912 Pedro Poveda dio este consejo a las profesoras y alumnas de las primeras Academias de Santa Teresa: “Vuestro primer cuidado será poner a Dios en los corazones de vuestras alumnas. (...)¿Qué haréis? Lo primero, poseerlo vosotras; lo segundo, mostrarlo en todas vuestras acciones; lo tercero, enseñarles el secreto de vuestra felicidad.”
Me gustaría que estas palabras sirvan de marco para expresar la realidad que traigo como ofrenda.
Hoy miro atrás y reconozco la presencia de la Institución Teresiana a lo largo de todo mi camino. Presencia contagiada, aprendida, sostenida y alentada por tantas personas que han sido referencia y testigos de un carisma que es don en sí mismo y que he ido descubriendo, queriendo y haciendo vida desde pequeño.
La IT ha sido parte de mi entorno familiar. También como alumno en el Colegio, donde recibí una formación más allá de lo académico, una formación humana y comprometida, que me cambió la mirada.
Y lo más importante, aprendí el valor y el don que hay en el ser único que es cada persona a través de una frase que siempre acompañó mi deambular por las galerías y pasillos del Centro Itálica de Sevilla: “Tú has de ser siempre tú”.
La Institución Teresiana ha estado también presente a través de Acit Joven, ofreciéndome un espacio privilegiado en el que crecer y madurar caminando con otros.
La Institución Teresiana está muy presente en mi actual trabajo donde cada día trato de hacer realidad la idea buena de Poveda, “educando con dulzura” y construyendo un mundo más humano desde mi vocación docente.
Todas las personas que hay detrás de estas realidades: mis padres y mis hermanos, mis profesores y compañeros del colegio, mis amigos … han sido las que con infinito cariño han sembrado en mí el regalo de la fe.
Es para mí una experiencia muy significativa la tarea de la animación, acompañando a otros jóvenes en su camino en el Movimiento. Es un regalo que me ha dado la oportunidad de sentirme instrumento de Dios, dejándome hacer, ayudando a otros jóvenes a crecer, iluminando y propiciando espacios para encontrarse, para discernir y para formarse.
El mundo necesita, hoy más que nunca, jóvenes formados, comprometidos y signos de esperanza. Dispuestos a mirar el futuro con los ojos del corazón. Luchando por una nueva realidad. Humanizando y elevando todo aquello que toquemos. Lo hacemos convencidos de la idea buena de Poveda; confiando en que Dios está en nosotros porque alguien se ha empeñado en ponerlo en nuestro corazón.
Pablo Durá, Covadonga, 27 de Mayo de 2012