Mucha gente está preocupada por la línea. Esta preocupación se agudiza cada año a medida que se acerca el verano. Los interesados se someten a unas dietas leoninas, a veces, con peligro grave para su salud. Si la persona no tiene desequilibrios metabólicos ni otros desordenes orgánicos, tomando un buen desayuno, una comida normal y una cena ligera, todo el mundo mantendría el peso apropiado, en términos médicos. Para las personas mayores, tres comidas a su tiempo en la medida justa y la variedad necesaria, es, según los médicos, una dieta perfecta. Para mantenerse fieles a ella, sin picar cada vez que uno ve algo que le gusta, hace falta fuerza de voluntad. Todo lo demás es tontería y caer en la trampa de los que quieren hacer su agosto a costa de nuestros sacrificios y extravagancias.