“Cristiano se queda a gusto. El portugués logra su segundo Balón de Oro por un margen muy estrecho sobre Messi” dice un diario generalista y culé a rabiar. Y en la página siguiente añade: “El argentino acepta con elegancia el traspaso de poderes. Un señor llamado Messi” y esta columna: “Cristiano y la FIFA deliberan” en la que se puede leer:”Cristiano también ganó ayer por la baja laboral de Messi y la mala imitación de Blatter”. Al día siguiente, el mismo diario hace hincapié en el enfado del Bayern por no haber dado el balón a Ribery, “el favorito de la prensa”, sin duda, para sacar méritos a Ronaldo. Otro diario generalista pero, a mi parecer, menos partidista en deportes escribe el mismo día del anterior: “La fuerza del deseo. Cristiano rompe a llorar” y “El mejor año del mejor futbolista”. En la misma página, una columna con este titulo: “Un balón de justicia” y otra “Premio para el futbolista total”. Algunos informativos a partir del momento de decidir el ganador del Balón de oro abrieron con el nombre del ganador, Cristiano Ronaldo. Esto gana importancia si recordamos que Rajoy estaba en EEUU de América esperando ser recibido por Obama. La cosa marca las prioridades y la importancia de los acontecimientos. Una vez más, los futbolistas y los trofeos del fútbol son tomados como símbolos y soportes de ideologías e intereses políticos