Muy Señor Mío:
No puedo entender cómo usted, químico industrial, conocedor perfecto de la capacidad de reacción de los elementos, que aboga hoy en un diario por el sentido común, ha podido permitir a sus cachorros lanzar aquella difamante campaña de los preservativos. Ya sé que de sabios es corregir errores y usted ha corregido el error que perjudicaba a su partido, no la intención de la campaña. El error democrático grave, la falta de sentido común y la violencia simbólica original, que las bases suelen encargarse de llevar a la práctica, está en el Pacto del Tinell que usted sigue defendiendo y propiciando.
Un cordial saludo