Cuerpo místico

Estos días, aquí entre nosotros, muchos hombres y mujeres se hacen cargo del sufrimiento de los demás, transforman el instinto egoísta en amor que origina en ellos la compasión y esta los lleva a luchar sin cuartel contra el dolor jugándose la vida a cada instante en la calle, en los hospitales, en la carretera, en los supermercados, en las granjas, en el campo. Los demás, en cumplimiento de las normas, no salimos de casa y con aplausos, con música, y los creyentes con oración y plegarias, ayudan a los que actúan. A esto le llamó Schopenhauer unión mística de la compasión, y los teólogos cristianos “Cuerpo místico” y “Comunión de los santos”. Lo que hace cada miembro de la comunidad repercute en todos y lo que hacen todos repercute en cada uno. La obligación del Gobierno es poner en manos de los que actúan los medios necesarios para su actuación eficaz y de atar en corto a los que, pensando en ellos solos, con actos de autoafirmación histérica se ponen el mundo por montera y ponen en peligro a todo el mundo

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