Conducir es un diálogo con todos los otros conductores que van delante y detrás de “yo conductor”. El diálogo que establece el “yo conductor” con otros conductores es a través de signos no verbales ni siquiera gestual. Es más bien, un lenguaje a través de símbolos; por eso los conductores han de estudiar el código de conducir: para interpretar de la misma manera los símbolos que dicen como se ha de actuar en cada momento de acto de conducir. Muchos accidentes ocurren porque el “yo conductor” no interpreta de la misma manera que el otro conductor un símbolo o, simplemente, porque uno de los dos no obedecen lo que dicen los símbolos que en este momento deberían regular la conducción de los dos que chocan.