Monsergas y tonterías

“El único en su género”, “el más grande”, “el genio del siglo”, “el último renacentista”, “ll pensador del siglo”, “el último inmortal”, “…con el muere la razón teórica”. Es lógico que la muerte de G. Bueno, como de cualquier personalidad que ha marcado su época, suscite sentimientos pero el periodista no puede escribir al socaire de sentimientos, malos consejeros a la hora de tomar decisiones y compromisos, sino guiado por la razón. Si nuestro hombre se levantara y tuviera que contestar a lo que ha leído y oído con ocasión de su muerte, les hubiera dicho: “No digais las mismas monsergas y toterías que habeis dicho a la muerte de Caro Baroja, de Cela, de Sartre, de Levi-Strauss, de E. Trías y de otros más granes que yo. Leer y recomendar leer lo que he escrito". Nadie ha dicho que era antiabortista, ateo y tomista ni que sabía a Santo Tomás de memoria y lo recitaba en latín.
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