Paisaje urbano

En mi vagón, iba un montón de gente semidesnuda con kilos de arena pegados a la piel, cargada con sombrilla de clavar en la arena, mesa plegable, bolsa de la merienda, radio que se oía desde ambos extremos del vagón. Un perro, no sé a quien pertenecía, impregnaba el aire y olisqueaba a todo el mundo a su alcance. En cierta estación subieron y se colocaron a mi lado cinco o seis chicos quienes, vestidos con camisetas de asas, lucían músculos de horas y horas de gimnasio. Alguien me soplo al oído: paisaje urbano e ciudad mediterránea
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