Con cierta frecuencia, los estudiosos disfrazan las cosas con palabras y califican de ciencia su parafernalia lingüística y de ignorancia el arte de decir de manera sencilla las cosas complicadas. A veces los novelistas muestran mejor y de manera más sencilla la complejidad de la realidad que los sociólogos y los antropólogos. La novela tal vez sea el discurso con más posibilidades para mostrar la complejidad del hombre. Creo que sólo una gran novela es capaz de expresar las múltiples dimensiones de la experiencia humana, la subjetividad de la vida interior, los diferentes comportamientos dentro de la misma sociedad, los problemas del destino del hombre. Leer es un placer que reporta enormes beneficios, nos abre los ojos, nos muestra aspectos del mundo que ignorábamos. Muchos políticos y muchos sacerdotes si leyeran más no castigarían nuestros oídos con simplezas y, a veces, autenticas tonterías.