Pulpitos de moralidad y convivencia

Hace un tiempo compré en un mercado de libros antiguos “Las ruinas de Palmira”, “Carlo Magno y los doce Pares de Francia”, “Genoveva de Brabante” y “De la vida, hechos y astucias sutilísimas del rústico Bertoldo” porque sus títulos me recordaron los cuentos, historias y leyendas, pulpitos de moralidad y buena convivencia, que había oído a los contadores en las largas veladas de invierno de mi infancia. Bertoldo nos hacía disfrutar porque se reía y burlaba de los que estaban por encima de él. A finales del año pasado, cuando empezaron las matanzas, otrora momentos de larguísimas velas al amor del fuego del hogar, me propuse releer aquellas historias, que contadas por Dolores do Andrade y O Tío Gallito, dos grandes contadores y mejores personas, me abrieron y llevaron por un mundo sin fronteras que nada de todo lo que he visto y leído ni nadie de cuanta gente he oído después lo han ensanchado. Una vez más me confirmo que, en principio, son los temas de dominio popular los que hacen popular a un escritor y no los escritores los que hacen popular un tema.  Y así reviví  aquellas fascinantes veladas y recordé aquellos fabulosos contadores.

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