¡Vuelven los romanos!

Al lado de los refectorios, los romanos instalaban bañeras o algo parecido para que los comensales se levantaran a vomitar para poder seguir comiendo. Hoy ordenan correr o pegarse la paliza padre en instalaciones deportivas. Los días anteriores a ciertas fechas tales como la Navidad, las cadenas de radio, de televisión y los diarios estimulan a ponerse las botas comiendo y en los días siguientes a tales fechas dan normas para perder los kilos que se han ganado. Por ejemplo: “Kilómetros contra calorías. Correr es la actividad física que más energía quema. Se queman más corriendo que esquiando, nadando o jugando al fútbol... Alguien de 70 kilos deberá correr 23 kilómetros para quemar esas 2.000 kilocalorías”. ¿Por qué no educan a la gente para que en estas y en otras fechas parecidas se coma a gusto pero sin excesos? Un placer que se convierte en un sufrimiento no es placer. “En el pecado va la penitencia”, sentencia la sabiduría popular.
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