No confío en nadie

Esta mañana, en una cafetería de Ourense oí a una chica que decía a otra: “Yo ya no confío en nadie. Llevé mi novio a casa de mi madre y le robó un anillo que tenía en una cestita en el comedor. Lo conocí en una discoteca, un amigo mío de toda la vida que lo conocía, me dijo que tuviera cuidado y me contó: Acaba de salir de la cárcel en donde estuvo por haber robado a una Señora muy mayor cuando salía del banco a donde había acudido a retirar el dinero de la pensión mensual. La dejó sin blanca”. Su compañera suspiró aliviada y le dijo: “Me tranquilizas. De quien debes desconfiar por principio es de tu capacidad para escoger novio y no de todo el mundo”.
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