Se dice (diarios, 28-7-10) que Barcelona es la ciudad de España que más agua ahorra pero se paga muy cara. “El consumo de agua es el más bajo pero el recibo es de los más caros de España”. En tiempos de escasez de agua, las compañías cobran multas a aquellos que consumen más de lo que los “entendidos” dicen que se debe consumir para fomentar la responsabilidad social. Pero en cambio no hacen descuentos a aquellos que ni siquiera consumen lo mínimo como recompensa por su sensibilidad social y su solidaridad con los sedientos. No Señores Responsables del agua de Barcelona: Ustedes disfrazan de solidaridad y preocupación social su sed de dinero.