El fuego nuevo

Los niños encendíamos una hoguera en la puerta mayor de la iglesia con tablas de ataúdes que andaban nadando en el cementerio. La gente se enterraba en la tierra alrededor de la iglesia y había tablas que no habían terminado de pudrirse. Al terminar cada casa llevaba una botella de agua bendita y un tizón encendido para encender l fuego del hogar que debía de estar limpio como una patena. Si se apagaba la señora de la casa, señora del fuego, debía de ir a buscar el fuego nuevo traído de la hoguera de la Vigilia Pascual que debía permanecer encendido todo el año a la casa vecina.
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