“Personaje clave en la alta política del fútbol, Porta administraba palabras y silencios con elocuencia”, dice un periódico. La muerte, el testamento y las memorias de Pablo Porta, un hombre del fútbol, hicieron y están haciendo correr más tinta y manchando más toneladas de papel que las de un ministro de cualquier ramo que haya sido (febrero de 09). Una vez más se demuestra que es más importante ser presidente de un gran club de fútbol que ser ministro o Premio Nobel.