Esta tarde, he oído por la radio la conclusión de un estudio que me pareció interesante, novedosa, insospechada, alucinante: “Cuando nos vamos de vacaciones, en general, las mujeres preparan las maletas y los hombres cargan el coche”. La emisora incitó a los oyentes a llamar para explicar su experiencia. Todos los que tuvieron el coraje intervenir sobre tan intrincado asunto confesaron que la mujer hacía las maletas y el hombre cargaba el coche. Y meditabundo me dije: “Menos mal que mientras hay gente preocupada con vulgaridades tales como pagar la hipoteca o el alquiler, hay mentes solidarias, generosas, e instituciones que las pagan, que tratan de dilucidar y resolver las cuestiones que están en el origen de todos los problemas que tienen a la humanidad sumida en la miseria”. Y la luz fue hecha