Como a cualquier hijo de vecino, “a la sala le parece increíble que haya que contratar a un chofer particular y que no pueda servir a estos efecto uno de los más de 25 que aparecen dentro del amplio parque móvil con que cuenta la Corporación”. La cosa se comprende si se tienen en cuenta las alegaciones de la Diputación en las que se dice, entre otras cosas: “El cuidado del vehículo oficial no es el que se realiza en los talleres sino de algo personal, que incluye la música que le presidente desea, el olor que quiere, los elementos de comodidad que solicita, el nivel adecuado de climatización, la velocidad de transporte que le gusta”. Para trazar un retrato del Presidente sería interesante que nos explicara qué música y qué olores le gustan, y cuales son los elementos que requiere su comodidad. El señor Presiente tiene olfato pero le falta buen gusto, sentido común. La pegunta es la siguiente: ¿En qué manos está la Diputación de Ciudad Real?